Q U I N C E

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Monkey D. Yune

Me detengo al escuchar un ruido peculiar salir de Yuba, es una tormenta de arena, no creo que nadie pueda detener el desastre que se va a ocasionar.

—Miren hacia allá, veo una luz —señala Vivi, también la veo—

—¿Entonces llegamos a Yuba? No veo nada con tanta arena —miro a mi hermano, no tiene ningún rasguño—

—Hay una tormenta de arena —informo, Vivi me mira asustada—. No podemos acercarnos hasta que se detenga, no pondré en peligro a mi hermanito

La tormenta pasa y nos acercamos, nadie fue capaz de acercarse antes, creo que todos han tenido miedo de que les pase algo.

—No puede ser —cruzo los brazos, no es tan grave, la ciudad puede volver a levantarse—

—Esto es terrible, es muy parecido al estado en que estaba Erumalu —dice Roronoa, tiene razón, esto se ve terrible—

—¿Hay agua? —consulta mi hermano, las reservas cada vez se reducen más—

—¿No habías dicho que esto era una ciudad oasis, Vivi? —limpio la arena de mi rostro, aquí no hay nada así que debemos irnos—

—La arena no ha dejado de acumularse y el oasis quedó enterrado —alzo la mirada, hay un viejo excavando—

—¿Viajeros en Yuba? Deben estar cansados por atravesar el desierto, lo siento, está ciudad hace mucho que está seca, pero pueden quedarse a descansar —frunzo el ceño, ese viejo no debería estar excavando—. Al final de cuentas, aquí hay muchas posadas porque siempre hemos ofrecido cobijo a los viajeros aquí

—Disculpe, vinimos porque oímos que el ejército rebelde está en Yuba

—¿Los rebeldes? ¿Qué quieren con ellos? —comienza a tirar la piedras, no entiendo nada—. Si buscan a esos idiotas, se fueron hace bastante tiempo

Resoplo, el viejo empieza a contarnos que el ejército rebelde abandonó la ciudad hace mucho por la falta de suministros, me acerco al lugar donde estaba excavando el viejo.

Algo se acerca, creo que es un vehículo, no sé exactamente qué es, pero debería ir a detener lo que sea que se está moviendo.

—Yune, debemos ir… —frunzo el ceño, no debe hablarme—

—Ya te escuché, Roronoa —ruedo los ojos, camino hacia la casa que nos indicó el viejo—

Entramos corriendo, todos están realmente cansados y es comprensible, yo debería ayudar al viejo a excavar para sacar agua.

—¡Wiiii, una cama! Buen trabajo, muchachos —dice Usopp emocionado—. Por fin podemos recuperar energías, mañana será un día muy pesado así que a descansar bien, buenas noches, ya me voy a dormir

—¡No has dejado de dormir desde que llegamos! —veo a Zoro lanzarle una almohada a Usopp—

—Desgraciado, ¡no me compares con unos monstruos como ustedes! —le devuelve la almohada a Zoro, esto no va a terminar bien—

Acaricio mis hombros, sí que el desierto hace que las personas perdamos mucho peso, los huesos de mis clavículas se notan aún más.

—¡Te arrepentirás! —Usopp le lanza una almohada a Chopper, coloco mi mano delante del reno—

—Además, el premio al vago del viaje se lo ganó aquella nariz azul —reclama Usopp, Chopper se acerca a él—

—Porque yo no soporto el calor —argumenta el menor, hay unas lágrimas en sus ojos—

Let There Be Love || Zoro Roronoa Donde viven las historias. Descúbrelo ahora