Capítulo 5

1.5K 154 1
                                    

En cuanto cerré la puerta escuché sus sollozos y suspiré, me dirigí a mi habitación y entré al armario para cambiarme de ropa e ir a hacer un poco de ejercicio.

Mientras corría en la máquina empecé a pensar en Jennie. Como siempre lo hacía.

Esa mocosa insoportable, no entiendo por qué estoy haciendo esto por ella. ¿Realmente fue necesario? Pude hacerla mía de otra manera, no así, así sólo me odiara. Pero yo no nací para enviar flores, chocolates, peluches, cartas. No, esa no soy yo.

Apagué la máquina con furia y me puse los guantes para empezar a golpear el saco de boxeo como si no hubiera un mañana.

Jennie pov

Estaba en la habitación llorando fuertemente mientras abrazaba mis piernas. Estaba haciendo frío y tenía hambre pero no pensaba comer, prefiero morir de hambre.

Pasaron 4 días y no he intentado escaparme desde ese día, esperaría un poco y luego lo intentaría otra vez pero ya no tengo mucha fe. Las veces que logré salir ví guardias por doquier, en la salida habían 4, y por lo que pude ver a través de una ventana fue que el patio y los alrededores de la casa estaban llenos de ellos.

Lisa volvió a instalar cámaras en mi habitación y me dijo que siempre que las dañará ella las volvería a poner así que era tonto. Pero las volví a dañar. Pero las volvió a poner.

Así que me rendí.

La puerta se abrió fuertemente y apareció Lisa claramente enojada.

Hace un par de días no la veía ya que al parecer tuvo que irse de viaje, eso me lo dijo Marie. Era la señora que venía a arreglar mi desastre y a tratar de darme comida pero yo siempre la tiraba.

-¡NO PUEDO CREER TU TERQUEDAD, JENNIE!

Yo sólo la miré fijamente apoyando mi mejilla contra mi rodilla mientras ella al parecer entraba en una clase de crisis.

-Desde que me fuí no has probado ni un poco de agua, no te has tomado las pastillas y no te duchas, gritas y lloras todo el día, ni siquiera duermes un poco, por Dios. ¿Qué quieres que haga para que comas? -Se sentó a mi lado y en ese momento mi panza sonó rogandome comida. -Tienes hambre, Jennie, come, ¿Si? -La miré pero no dije nada sólo. Ella suspiró y acarició mi mejilla limpiando mis lágrimas casi secas. -Te daré lo que quieras si comes, por favor. No te quiero obligar a nada...

-Quiero hablar con mi mamá... Por favor.

Ella lo pensó un poco pero luego asintió. -Esta bien, pero todas las llamadas que entran a tu casa son monitoreadas y escuchadas, van a escuchar todo, Jennie así que vas a decir que te fuiste a tomar un respiro porque te sentías hostigada, te juro que si me colaboras la llamarás todas la veces que quieras. No digas nada estúpido, confío en tí, ¿si?

-Sabran que es mentira. Todos lo sabrán. Saben que adoro a mi madre y por nada del mundo me iría sin avisarle. Por muy agobiada que estuviese, se lo hubiese dicho. Van a saber que estoy secuestrada. ¿Por qué alguien que quiere tomarse un respiro se demoraría una semana en contactar a su madre? Sólo es un respiro, no un secuestro.

-Jennie...

-No diré nada, puedes confíar, L-Lalisa. -Ella se sorprendió mucho al escuchar que dije su nombre y espero no estar quedando loca también pero pude ver algo de felicidad en sus ojos.

-Iré por la comida.

-No, primero hablo con ella.

-No soy tan estúpida, cariño. -Salio de la habitación y yo sonreí. No podré escuchar su voz, lo sé, pero al menos escuchará que estoy bien y sé que la tranquilizara mucho.

Reave - Jenlisa G!PDonde viven las historias. Descúbrelo ahora