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Jungkook esperó en silencio a la reacción de la pelinegra frente a él.

Lisa pareció haberse quedado sin aire, completamente congelada, su boca abierta demostrando su completa sorpresa ante la presencia de Jungkook.

—No comprendo... — murmuró Lisa, y Jungkook notó el ligero temblor de sus manos cuando las escondió en sus costillas. Jungkook sabía que quizá sería complicado para ella ver que el padre biológico de su hijo ha vuelto. Supo por la mirada inestable de la chica que se encontraba nerviosa, ansiosa y en completo conflicto en su interior. —Su... No, debe estar equivocado. — espetó e intentó cerrar la puerta, la mano de Jungkook se interpuso.

—No lo hagas más difícil. Tengo tu jodida dirección y tu maldito nombre, mi hijo está ahí dentro y quiero verlo — Jungkook dijo, su voz fría y llena de convicción. Sabía que no lograría nada siendo un tipo duro, pero los años de convicto lo hicieron extremadamente firme y a estas alturas ya no tenía tanto tacto como solía tener.

—¡Vete o llamaré a la policía! — gritó Lisa, empujando la puerta mientras Jungkook empujada del lado contrario, ambos luchando.

Jungkook ni siquiera ponía de toda su fuerza, pudo ver la contextura de Lisa, buen cuerpo pero delgado, probablemente trote pero eso no era suficiente para Jungkook, el tipo que se refugió en las pesas y el boxeo en la cárcel.

—Llamalos, no me iré de aquí sin ver a Seol — Jungkook gruñó, su voz áspera en ira por el comportamiento de Lisa. Esperaba que lo solucionaran de una buena manera.

Lisa siguió forcejeando. —¡Ya lo abandonaste una vez! Vete a la mierda, ahora es mi hijo.

Eso apretó el interruptor equivocado en Jungkook. Apretó su mandíbula e impulsó la puerta con más fuerza, la suficiente para abrirla pero no para tirar a Lisa al suelo. Aunque quería hacerlo, quería golpearla por ser tan incompetente y resistirse tanto.

Cuando abrió la puerta, Lisa dió una pasos hacia atrás, notoriamente asustada y abrazando su propio cuerpo. Pero Jungkook nunca fue bueno con las sensibilidades, rápidamente caminó hasta Lisa y la tomó de los brazos, estrellando su espalda contra la pared más cercana y acercándose lo suficiente para sentir el suave aroma de champú en la camiseta mojada de Lisa.

—Yo no abandoné a mi hijo. Será mejor que no hables de mierdas que no sabes. — Jungkook dijo entre dientes, su mirada oscura e intensa clavándose en Lisa. —Ahora, sé una buena ciudadana y déjame ver a mi hijo.

Lisa frunció el entrecejo, pero su cuerpo seguía protegiéndose a sí misma. —Estás loco, ¿Por qué te decides a aparecer ahora? ¿Acaso esto es una jodida mierda de Sehun? Oh, eso es. ¡El hijo de puta te envió a buscar a mi hijo! ¡Lo voy a matar! — gritó, desconcertando un poco a Jungkook al ver como sus hombros se tensaron y toda su cara se deformó en enfado puro.

—No tengo ni idea de lo que hablas, pe... —fue interrumpido por un grito.

—¡Ama!~

Se oyó desde la planta superior de la gran casa. Jungkook y Lisa se miraron, ambos quietos mientras resonaba por la espaciosa sala la tierna voz del hijo en común.

—¡Ya estoy listo, ama!

Jungkook estudió rápidamente el lugar, estaba más cerca que Lisa de las escaleras. Al parecer, Lisa notó su plan calculado y comenzó a negar con la cabeza, pero antes de siquiera notarlo corrió hacia ellas.

A Jungkook le tomó un segundo darse cuenta y siguió a Lisa por detrás, la alcanzó a mitad de la escalera y sin importarle nada más que el niño de arriba envolvió la cintura de Lisa, deteniéndola e intentado dejarla atrás.

—¡Estás loco! ¡Vete de mi casa! — Lisa gritó, aferrándose en los respaldos e intentando impulsarse hacia arriba, buscando soltarse del agarre de Jungkook.

Pero Jungkook no iba a ceder, afirmó más el agarre, pegando por completo la espalda de Lida en su pecho, esta última soltó un grito de sorpresa y sus hombros se tensaron.

—Tregua, subamos juntos — susurró Jungkook en su oído y alzó a Lisa unos centímetros del suelo para subir las escaleras.

No iba a negar que todo le parecía completamente divertido, pero ahora estaba más centrado en ver a su pequeño que a la pelinegra que pataleaba en sus brazos.

—¡Bájame, maldita sea!

Ignoró los gritos de Lisa y la cargó hasta el final de las escaleras, una vez arriba la bajó al suelo. Lisa lo miró con desdén y sin hacerse esperar le golpeó el estómago, Jungkook se dobló por la mitad sosteniendo su abdomen adolorido, pero cuando vio a Lisa correr lo siguió aún sin aire.

Agarró su brazo y Lisa intentó empujarlo, ambos terminaron enredados intentando avanzar por sobre el otro.

—¿Ama?

La voz dulce de un pequeño los hizo detenerse. Ambos miraron hacia al frente, un niño de hebras negras y mojadas se abrazaba a si mismo envuelto en una toalla de color azul, con dibujos de tiburones.

Apenas notaron la presencia de Seol, los dos se soltaron y enderezaron. —Mi amor, ¿Qué dijimos de salirte solo de la tina? — regañó Lisa acercándose a Seol y tomándolo en sus brazos, aunque su tono no era más que cariñoso.

Jungkook se mantuvo quieto, congelado y completamente impresionado, oyó la respuesta de Seol y miró como Lisa lo alzó en sus brazos y acarició su mejilla, pero todo lo sintió tan lejano e irreal, todo en lo que se podía centrar era en la pequeña figura que sonreía antes las caricias de Lisa. El niño frente a él era hermoso, su piel suave y blanca, sus ojos eran la copia exacta de los de Jungkook y su cabello era de un tono igual de azabache.

Era su viva imagen, y su garganta dolió por el nudo que se formó.

Estaba tan grande, habían sido tantos años que se perdió, tantas experiencias. No estuvo en la primera vez que nadó o escribió. No estuvo en su primer día de clases, ni en el Día del padre.

Simplemente no estuvo.

Y el corazón de Jungkook se rompió por ello, vivió sus últimos cinco años con el corazón roto y el alma perdida. Y ahora, frente a su hijo, se sintió sanado, su corazón volviendo a bombear con rapidez y sus manos picando por agarrar al hermoso pequeño y abrazarlo.

—Seol... — susurró, aun sintiendo todo tan irreal. Él realmente estaba aquí, realmente tenía a su hijo frente a él.

Seol pasó de mirar a Lisa a Jungkook, y la respiración de Jungkook se cortó. Por años añoró esa mirada, y podía deducir por la forma en que lo miraba, que Seol no sabía quién era, aquello le dolió más de lo que creyó, pero eso ya no importaba. Ahora estaba ahí y ya no se perdería ni un solo momento de su hijo.

Ni siquiera notó cuando sus mejillas comenzaron a humedecerse, tampoco le importó. Estaba llorando y se encontraba completamente feliz, muchas emociones pasando por su cuerpo.

—¿Se siente bien, señor? — le preguntó Seol, y el llanto de Jungkook se incrementó.

Podia oir las burlas de Jim o Kim en su cabeza, diciéndole nenita. Pero poco le importó, había encontrado a su hijo y lloraría mil mares si era necesario.

Jungkook asintió, sorbiendo su nariz. Antes de poder responder, Lisa habló. —Mi amor, vamos a vestirte. El señor está bien — dijo y caminó hacia una habitación.

Antes de entrar, se giró hacia Jungkook y todo lo que vio en los ojos de Lisa fue una combinación de lástima e ira.

—¿Quieres tomar una taza de café? — Lisa preguntó, desconcertando un poco a Jungkook. —Hay muchas cosas que debemos hablar, señor Jeon.

A Jungkook le impresionó que Lisa supiera su apellido, aunque supuso que debía conocer información de él al haber adoptado a su hijo.

Jungkook asintió. —Me encantaría un café — aceptó, su tono trémulo por su llanto calmandose.

—Podría esperar en la sala, vestiré a mi hijo y entonces... arreglaremos esto.

Dijo y entró en la habitación.

—LaOmmaChida💜💜✨✨✨

»JAIL 🌹 +18 [ Lizkook ] Adaptación Where stories live. Discover now