🧉━━ ❝ No somos tan políticamente correctos, hagámonos los mudos y dejemos hablar al tiempo ❞
𝗗𝗢𝗡𝗗𝗘 el destino se encarga
de que las canciones de Milo
tengan un sentido...
𝗬
𝗗𝗢𝗡𝗗𝗘 la ayudante de Biza...
EL ESTUDIO DONDE trabajan los dos mejores amigos era un lugar cálido para cualquiera que lo visitara. La casa de Mavei era ese lugar al que entrabas una vez y al que te querías mudar cuando te ibas. Alejada de la bella ciudad, rodeada de naturaleza y un silencio tranquilizador.
La dueña de la casa era las contenta de que los proyectos hechos en España se llevaran a cabo en su casa. No era de su total agrado tener que ir al reducido apartamento de su compañero de trabajo, por mucho que apreciara al dueño, ese lugar la hacía entrar en desconfianza.
Agradecía que Biza fuese consciente de ese detalle y aceptara hacer los trabajos en el estudio de ella. Tampoco era algo que le afectara al argentino, pues el estudio de la castaña era un sueño hecho realidad, adoraba con su ser todos los objetos que disponía su amiga.
— ¿Eres consciente de que esto va a terminar hecho una verga? — inquiere el de gorra, sentado en su silla.
— Te voy a obligar a limpiar todo — responde, terminando de acomodar los sofás desordenados.
— Y vos pusiste casa, vos tenes que limpiar — se encoge de hombros, riendo divertido.
El timbre de la casa retumba varias veces, indicando así que los invitados habían llegado. El de lentes no tarda en levantarse de su lugar y caminar a donde proviene el sonido, Mavei se queda en su lugar a la espera de las personas fuera de su casa.
Unos minutos después escucha como varias voces se aproximan al estudio, observa a su mejor amigo entrar con una sonrisa reluciente, seguido de él al que conocía como el mánager del chico, el siguiente un, posiblemente, amigo, y por último lo que la hace dar un suspiro, Milo era todo lo que estaba bien.
Había oído su voz cientos de veces gracias a la canción con Nicki, pero nunca se le pasó por la cabeza investigar más sobre el chico, al fin y al cabo, hoy lo iba a conocer para poder ayudarlo en sus letras.
Era hermoso por donde lo mirarás, su cabello, su diferencia de altura, las facciones, los lunares y la sonrisa que terminó de atraparla. Sin embargo, pronto cayó en cuenta de la realidad. Era sucio en todo su esplendor, todo el mundo recalcaba los 16 años que pronto se volverían 17, y era asqueroso que una chica de 19 años pensara en un pibe menor de edad.
Simplemente, no.
— Les presento a Mavei, es casi como mi hermana y me ayuda desde hace años a escribir las letras de las sesiones — Gonza interrumpe la tensión creada.
La recién nombrada se acerca al grupo hasta quedar frente a ellos y extiende su mano para estrecharla con cada uno, separando su mano un poco más rápido con el moreno. Cada uno de ellos le dice su nombre con una sonrisa, a excepción del último que la miraba extrañado ante la desviación de su mirada.
Biza da inicio a la primera reunión en un intento de ignorar la tensión que su mejor amiga se encargó de crear. En el tiempo que llevaba de conocerla nunca había marcado un ambiente de este modo, la gran mayoría de veces era acogedora con todo el mundo, contrario al nuevo chico, con este último se cerró.
Los chicos entran en una plática sobre lo que caracteriza la música del moreno, Milo cada vez que puede mirando a la morocha hundida en las páginas de su cuaderno apuntando cada cosa importante que sale de sus cuerdas bucales.
Y la reunión continua de la misma manera, un pelinegro con su atención puesta en una morocha y la morocha ignorando la mirada insistente de su nuevo "imposible".
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