Escritos al Cielo y Viento.

NUEVE

Hermanito

Comida, terror, libros son los recuerdos
Te sigo buscando en la madrugada
La hora exacta cuando te llegaba

No recuerdo exactamente cuando fue el último adiós
O la última vez que nos avisamos el "ya llegamos"
Pero si recuerdo quien era mi hermanito
El más opuesto pero igualito a un fantasmita perdido

Entre traumas cinematográficos, a las culinarias críticas
Entre ellos se crearon dos gemelos
Un fantasma y un ser de luz que se ubicaban juntos

Siempre desaparecía con la facilidad de una ventisca
El siempre se sumergía en las hojas de cualquier libro, en el suyo propio igual
Pero salían de su rincón cuando se necesitaban
En aquel sillón yacían siempre en cualquier postura

El más mayor o el más menor
El más cariñoso o el más distante
Ambos eran todo, una balanza equilibrada perfectamente por los dos
Que ninguno era más que el otro

El fantasmita siempre aparecía escuchando Lucecita siempre le leía
Al inicio el no sabía escuchar
Se distraía fácilmente entre palabras
Pero entre cuentos e historias el se enseño

El pudo comprender que prefería escuchar, que poder hablar
Y el pudo sentirse tranquilo al tan solo escucharlo
Cuentos, historias, tramas, música

En una balanza están dos hermanos
Un fantasma, y un faro
Se pueden encontrar fácilmente entre ellos
Mientras que los demás duran años en hacerlo

Una vez el fantasma no supo en qué momento se fue de su hermano
Pero al tratar de entender como volver
El faro fue construido en otro lado

Ahora podrán ver aquel fantasma deambulando
Deambulando en aquel balcón cada anocherse
Esperando cada camión pasa por si ve una luz de acercarse

Dos hermanos
¿Dónde está tu hermano?
El mío está creciendo su luz que ya puedo ver desde kilómetros lejos de aquí
Un Gemelo que siempre apareceré para espantarlo en las madrugadas para darle otro trauma cinematográfico mientras cocina algo para calmarnos el pulso en aquellas horas oscuras y frías en el sillón.