Parte. VIII

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Los sonidos húmedos que hay en la habitación se mezclan con los gemidos nada discretos del Lord Sith.
Sentado en el sofá se mueve un poco para estar en mejor posición para apreciar lo que Obi-Wan le está haciendo. Él no quiere perderse ningún detalle.

La lengua de su amante lo recorre entero y la sensación que provoca la suave barba de éste contra su piel le estremece. Ha pasado tantos años sin contacto físico que se siente como si fuera la primera vez.
Ama esto y le encanta ver cómo su miembro desaparece dentro de la cálida boca de Obi-Wan.

Cuando se puso de rodillas para complacerlo, el derrotado Jedi esperaba un trato brusco por parte del Sith. Después de lo que había pasado, no podía negar que le tenía algo de miedo. Su figura era imponente aún cuando él se encontraba en ese estado de vulnerabilidad.
Pero ahora todo lo que recibía era caricias y halagos por parte de él.
Su sedoso cabello se deslizaba suavemente por los guantes del Sith.
Por un momento pensó en todas las veces que se lo había hecho a Anakin.

Levantó su mirada para encontrarse con algo diferente. Aunque la esencia y el sabor para él era lo mismo.

Era Anakin.

Sin importar cuántas veces el Sith lo negara. Y él quisiera creerle.
Obi-Wan se tomó una pausa para respirar pero continuó su tarea con las manos.
No dejó de hacerlo mientras se ponía a la altura de Vader tratando de adivinar qué expresión tendría él a través del casco.

Fué cuando él inclinó su cabeza hacia atrás y dejó escapar un suspiro que Obi-Wan supo que lo estaba disfrutando y volvió a atacarlo con su boca.

- Obi-Wan...- su nombre quedó flotando en medio del éxtasis mientras el Sith llegaba a su límite deshaciéndose en gemidos.

Vergüenza.
Era tarde para sentirla.
Culpa.
A cada momento.
Esperanza.
Creciendo cada instante.

Obi-Wan se sintió mareado y acalorado. Ese era el momento en el que Anakin lo premiaba con besos y lo llevaba cargado a la cama en medio de palabras de amor.

- Despierta - se dijo a sí mismo - Te estás saliendo del papel. Aquí ya no hay nada de eso para tí.

- Tu sí sabes...- las palabras con un toque de maldad se abrieron paso en los pensamientos del Jedi - Tú si sabes, cómo ganarte los créditos, Obi-Wan.
Allí estaba él. Otra vez.

- Espero que haya sido suficiente para tí - respondió dolido mientras se limpiaba las comisuras de sus labios con su túnica.
Sintió ganas de escapar y llorar en su habitación.
Dió la vuelta dispuesto a irse y sintió que Vader lo jalaba.
Cayó sentado sobre él de espaldas.

- No finjas que lo odiaste - le dijo mientras deslizaba sus manos por debajo de los holgados pantalones del Jedi - ¿Crees que no he notado cómo estás?

Obi-Wan jadeó cuando sintió la textura de los guantes de cuero apoderándose de su erección.

- ¿Recuerdas la última vez que me hiciste esto? - la voz de Vader vibró en su oído.

Las mejillas de Obi-Wan sintieron calor y su cuerpo empezó a moverse lentamente siguiendo el ritmo de la mano del Sith.

- Ese día, cuando me negaron el rango de maestro...estaba tan enojado que me entregaste tu cuerpo para aplacarme - su otra mano subió por el torso del rubio para acariciar sus duros pezones en círculos, Obi-Wan mordió su labio inferior y apoyó su cabeza en el hombro de Vader, gimiendo - Ese día, tu boca ardía con la intensidad de mil soles. ¿Recuerdas cómo gritabas mientras te follaba en el asiento del Maestro Windu?

Obi-Wan se estremeció.

- Sólo tú sabías cómo convertir mi ira en pasión, maestro - continuó - Amé cómo me montaste después en el centro de la sala del Consejo. Cómo tu cuerpo se sacudía encima de mí, poco ortodoxo viniendo de un Jedi.

Vader aumentó la velocidad de su mano y abandonó el pecho de Obi-Wan para abrir las piernas de éste y prepararlo.

- Ojalá ellos lo hubieran visto - la mano de Obi-Wan se aferró a la suya y cerró los ojos entregándose al placer - Cómo te hacía mío en ese lugar que consideraban tan sagrado.

- Dijiste que era tu venganza y que lo haríamos en los asientos de todos los maestros - murmuró Obi-Wan mientras temblaba. Vader no daba tregua en él y su cuerpo se arqueó buscando la liberación.

- Nunca olvidaré lo que hicimos en el asiento de Yoda - mencionó Vader llegando al punto más sensible dentro de Obi-Wan y éste se corrió en su mano con un pequeño grito.
Su cuerpo caliente aún se agitaba encima del Sith y el rastro de su orgasmo lo dejó flotando en una onda de felicidad.

- Anakin - murmuró con los ojos cerrados y dejó un suave beso en su casco.

Vader se quedó inmóvil y Obi-Wan se arrepintió enseguida.

- Lo siento - dijo y se puso de pie con rapidez abrochando sus pantalones y acomodando su cabello evitándolo tanto como podía. Escuchó que él hacía lo mismo ajustando nuevamente su traje.

Se puso de pie y Obi-Wan finalmente lo miró esperando una respuesta o alguna señal.
Pero el Sith simplemente se fue en silencio dejando una fila de créditos sobre la mesa antes de salir.








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