𝓒𝓪𝓹𝓲𝓽𝓾𝓵𝓸 15

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Maddie siguió caminando sin rumbo, ya no sentía las rocas ásperas del sendero bajo sus pies, pero un suspiro ahogado de alivio se emitió a través de sus labios, la luna comenzaba a salir detrás de las montañas, dejando ver la sombra de una pequeña cabaña de madera de fondo. Se apresuró en correr.

Sin duda habían pasado muchos años desde que alguien había pisado ese lugar, las tablas estaban completamente húmedas y el moho había tomado gran parte del lugar. La luz que atravesaba una rota ventana le permitía ver el interior. Una cama se ubicada al fondo, en ella se apoyaba una pequeña mesilla. Mas adelante se vislumbraba un escrito casi intacto, algunos caracoles paseaban por sus tablas, pero aún así estaba muy bien conservado.

Una gran intriga pasó por su cabeza al ver un cajón con cerradura debajo del escritorio, atinó a buscar la llave, pero fui inútil, no la encontró. Tuvo una idea, tomó el cajón por sus extremos y con un gran impulso de fuerza tiro de él; el escritorio se le vino encima y se partió en añicos. A su vez el deseado cajón también se había partido, dejando ver su contenido.

Unas amarillentas hojas de papel con anotaciones podían verse, a su lado una tapa de cuero descalzada sin hojas, algunos bordes de papel aún quedaban conservados cerca del lomo de lo que parecía ser un diario, como si alguien hubiese arrancado todas las hojas del libro.

Maddie tomó cuidadosamente las hojas entre sus manos, notaba como el papel estaba casi disuelto, era tan fino que podría romperse en cualquier momento. A su vez la tinta estaba humedecida, por lo que era muy difícil lograr ver las palabras escritas. Pudo salvar algunas oraciones de aquellas hojas.

"Sábado 4 de noviembre de 1978, mamá y (...) discutieron otra vez (...) esperaré hasta que todo se calme para volver a la casa"

"Lunes 9 de diciembre de 1978, descubrí algo sobre (...), no quiero volver a esa casa nunca más"

"La abuela está muy enojada con el abuelo, no sé que le (...), ella a veces tiene ataques de (...)"

Maddie no entendía que significaban aquellas palabras, las hojas estaban tan frágiles que terminaron por romperse entre sus dedos, su primera conclusión era que su madre había escrito aquellas hojas cuando era niña. Parece que solía pasar mucho tiempo en esta cabaña, la joven se preguntaba que tan seguido solían discutir sus abuelos, pero se convenció de que, como en cualquier familia, las disputas son normales ¿no?

La noche ya había cubierto todo el cielo, por lo emprendió la vuelta, el camino ahora se veía mucho mas claro gracias a la luz de la luna, fue gracias a esta misma que vislumbró a lo lejos una figura moviéndose paralelamente a ella. Su abuela, con un ramo de rosas se alejaba de la casa a paso apresurado, llevaba un pequeño velo negro cubriendo su cabello. La sombra de los árboles cubría todo aquel camino, por lo que Maddie terminó por perderla de vista.

Volvió a la casona, se quitó las botas, las dejó a un lado de la puerta, corrió a su habitación y se acostó. Al cabo de unos minutos escuchó a su abuela entrar en la casa, subió las escaleras y todo enmudeció, durante varios segundos la casa estuvo en completo silencio. Luego una llave girando sobre la cerradura se hizo presente, la mujer cerró la puerta nuevamente.

Maddie se durmió.

Los secretos de la abuelaWhere stories live. Discover now