Capítulo XXIV.

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Cristina.

Me desperté y como cosa rara lo primero que pensé fue en Dylan. Estiré mi mano hacia su lado de la cama, y no estaba.

¡Diablos! ¿Será que no durmió conmigo? No, no imposible que cosas piensas Cristina. Si él anoche no estaba de mal humor es más si te dijo que ya venía, además su lado está desordenado así que debe estar en el baño.

—Dylan... Dylan...—grité llamándolo para ver dónde estaba.

Luego de un par de minutos escucho.

—Buenos días mi pequeña reina— dijo Dylan entrando con una bandeja a la habitación.

—¿Qué es esto, amor? No te fueras molestado. —dije mientras él me la ponía en la cama.

—No es ninguna molestia pequeña, y tú lo sabes... Como anoche te vi algo frustrada como cansada decidí prepare hoy yo mismo el desayuno, y creo que no fue buena idea porque se me quemaron un poco los panes. ¡Lo siento mi vida! Si quieres no te lo comas.

—Que dices amor, si los panes quemados es mi desayuno favorito—reí—¡Mmmm.... sabroso!—dije echándole el primer mordisco a los panes.

Los dos reímos, y Dylan también le dio un mordisco al pan.

—¿De verdad quieres comerte esto? —preguntó Dylan, al probarlo.

—Si amor, no están tan mal.

—Bueno...

—Pero lo que no entiendo, como el primer desayuno te quedo tan bien y este no.—pregunté. Y Dylan rió.

—El primero lo hizo Leticia, y yo me lleve un poco el crédito —dijo Dylan, y siguió riendo.

—Si eres bobo, yo juraba que fuiste tú. —dije y reí.

Verlo ahí riendo conmigo y yo con él. Me confirma que somos dos almas destinadas a estar juntas.

Quizás mi madre desde allá arriba en el cielo. Ayudo para que me encontrara un buen hombre, y no seguir con esa maldición familiar en la cual siempre las chicas de la familia nos enamoramos del peor hombre. Y dejamos al bueno ir.

Miré a Dylan, agarré su barbilla.—Eres completamente hermoso y mío—dije, cruce sus labios con los míos.

—Más hermosa eres tú mi pequeña.—expresó Dylan, levantándose.—Me iré a bañar para ir luego un rato a la oficina. Deberías levantarte que Ashley te espera para comenzar con los preparativos de la boda.—dijo Dylan.

—¿Qué? ¡Ella me ayudará! ¡Ay no! No. No, no Dylan.

—¿Que sucede, amor?—preguntó Dylan.

—Que no creo que sea buena idea. Dylan tu viste como me mira, se ve que no le agrado.—dije

—Ya hable con ella y ya acepta lo de nosotros. Así que anda que en menos de seis días seremos marido y mujer.—dijo Dylan, acercándose para darme un beso y irse a bañar.

—¡Esta bien! Pero solo lo haré por ti.

—¡Eres perfecta!.—gritó en la ducha.

Mientras Dylan se duchaba. Yo iba a mi habitación por algo de ropa.

"No mentí cuando dije que solo lo hago por él, es verdad solo lo hago por Dylan, esa tipa no me cae bien. Y sé que yo tampoco, pero haré mi mayor esfuerzo para llevar la fiesta en paz.

No quiero causarle a Dylan un conflicto con ella, a pesar de todo es su prima, la única familia que en teoría le queda. Yo no podría soportar que por mí culpa perdiera por completo a su familia." —pensé. Mientras buscaba algo de ropa.

El único en mi vidaWhere stories live. Discover now