𝐃𝐀𝐑𝐊 𝐒𝐎𝐔𝐋 || TWD FANFIC

𝟘𝟝

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One night in hell
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— ¿Max?.....¡Maxine!....¡Max!

Parpadeo saliendo de mi shock al sentir un jalón en mi brazo obligándome a correr.

— No.— Me suelto del agarre de Morgan, pero el moreno me vuelve a tomar la mano.— Mi familia necesita ayuda. ¡Carl podría estar....!

— ¡Cientos de caminantes vienen hacia acá!.— Me dice obligándome a correr de nuevo.— ¡No hay tiempo!

Maldigo soltándome de su agarre para desenfundar mi arma y comenzar a disparar a los caminantes.

Sin dejar de correr volteó hacia atrás y disparar a los caminantes en la cabeza, pero un movimiento en falso hace que me tuerza el tobillo y caiga al suelo golpeándome mi frente.

— ¡Max!.— Veo borroso a Morgan, pero aún así tomó con dificultad su mano.— Vamos.

Volvemos a correr por la cera, pero al no tener más municiones maldigo arrojando mi arma.

— Por aquí.— Digo a Morgan subiendo las escaleras de una casa.— ¡Vamos, rápido!

Espero a que el moreno entre y cierro rápido la puerta escuchando los múltiples gruñidos de los caminantes.

— Déjame.— Dice Morgan apartándome leve y asiento viendo cómo el moreno traba la puerta con una mesa.

Suspiro tomándome mi frente y hago una mueca al sentir un dolor punzante.

— Genial....— Susurro al ver poca sangre de mi frente en mis dedos y niego comenzado a subir al segundo piso.

No es un buen panorama....

Suspiro viendo preocupada por la ventana las calles de Alexandria infestada de caminantes.

¿En qué momento pasó?

— Deberías tomar asiento.— Sugiere Morgan y suspiro apartando la vista de la ventana.

— ¿Por que?.— Cuestionó negando.— Solo fue un pequeño golpe en la frente. No moriré por eso.

— No, pero deberías pensar un poco en bebé, ¿no lo crees?.— Cuestiona y suspiro viéndolo seria.

Asiento a regañadientes y suspiro yendo a sentarme cerca de la lámpara.

Descansaré un poco y luego saldré ayudar a mi familia. No pienso quedarme aquí sin hacer nada....

[......]

— Déjame revisarte.— Pide Morgan colocándose de cuclillas frente a mi y niego.

— No.— Contestó habiendo una mueca.— Estoy bien.

— No confías en nadie, ¿verdad?.— Cuestiona y suspiro viéndolo seria.

— En algunos más que en otros.— Contestó y asiente.— Pero tú eres el último de mi lista.

— Por lo menos, eres sincera.— Dice el hombre tomando su palo levantándose del suelo.