Capitulo XI

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Sábado solo faltaban horas para la fiesta de Bin.

Estaba en el pequeño supermercado de la zona.

— Señor Hoon.- saludé.

— EunJi la leche está en el nuevo refrigerador.- avisó.

— Por fin lo entregaron.- dije abriendo la puerta y tomando dos envases.

Tomé otras cosas y me acerque a pagar.

— ¿Cómo está todo en casa?- preguntó recibiendo las cosas.

— Esta todo bien.- respondí.

Terminó de empacar las cosas y pagué por ello.

— Que tengas un buen día.- solo sonreí y salí del lugar.

Regresé a casa con más de un pensamiento en mi cabeza.

Después del encuentro con Félix en la biblioteca, no volví a conversar con él, ni él conmigo.

Ha habido una rara tensión entre ambos y se ha hecho notar en el grupo.

Suspiré.

No quiero que se aleje de mí.

— ¡SEULGI VEN ACÁ¡- el grito provino de mi casa.

Oh no.

Corrí rápidamente y entré a mi casa.

Él estaba sobre mi madre golpeándola con mucha brusquedad.

Instintivamente corrí hacia ellos.

Y con impulso lo aleje de ella.

— ¡Ya llegó la buena para nada!- dijo tambaleándose.

— Ya cállate estás ebrio.- dije acercándome a mi madre.

La tomé del brazo para ayudarla a levantarse pero un fuerte empujón me alejo de ella.

— ¡No te acerques a ella! ¡Ve a tu habitación!- ordenó furioso.

— ¡¡No lo haré!! ¡Déjanos en paz!- él se acercó de nuevo a ella ignorándome.

— Ya sabía que no podías hacer algo bien, solo eres un estorbo al igual que tú hija.- dijo y el llanto de mamá incremento.

— ¡El único que no hace nada bien eres tú!- grité tratando de apartarlo de ella.- eres un bueno para nada, gastas cualquier ingreso que entra a esta casa para tu asquerosa botella, sales todas las noches, golpeas a mamá, me humillas a mí, tú eres el estorbo.- mis lágrimas bajaban por mis mejillas.- te odio.

— ¡Solo dices cosas absurdas! ¡Ya cállate!- esquivé el golpe que me lanzó pero no pude esquivar el segundo.

El dolor recorrió todo mi rostro, aquel sabor metálico en mi boca. Intentó volver a golpearme pero lo evité y fui yo quién lo golpeó ahora.

Él se tambaleó y furioso se tiró sobre mí.

— ¡¿Quién te crees para golpearme idiota?!- lo empujé lejos de mi e intentó acercarse de nuevo.

Respiré profundo mi cabeza daba vueltas, mi respiración irregular, cerré mis ojos y solté todo el aire de mis pulmones cuando se acercó lo suficiente mi puño impacto con la suficiente fuerza para derrumbarlo y para que sintiera un dolor en mi muñeca.

Mi madre chilló cuando el cayó en el sofá.

— ¿Estás bien mamá?- seguía llorando, solo quería que se tranquilizara.

— S-si cariño estoy bien.- trató de darme una de sus sonrisas cálidas las cuales se iban apagando con el paso de los días.

— Déjame ayudarte.- ignoré por completo la presencia de mi padre y lleve a mamá al baño para ayudarle con sus heridas.

°Una Segunda Oportunidad° Lee FélixOù les histoires vivent. Découvrez maintenant