London Girl - Taylor Swift

06

Taylor's Pov.

Escuchaba los pequeños ronquidos de Jane al dormir, yo me encontraba sentada en uno de los sillones caros que tenía la habitación, viendo mi celular sin prestar tanta atención alrededor. Pasaba y pasaba las publicaciones de Instagram sin un real interés en alguna, hasta que veo que me llega un mensaje de Josh, no tardó más de unos cinco minutos en contestarle.

Josh

¿Quieres hacer algo?

Podemos vernos en la
piscina o el bar

«¿Como le digo que no sin que se enoje?»

Lo dejé en visto unos minutos mientras pensaba en qué responder, al final simplemente puse;

No tengo ganas

Le respondí sin interés alguno por vernos, cerrando WhatsApp al segundo de mandar el mensaje. Mi teléfono vibró varias veces. Josh como siempre no aceptaba fácilmente un no por repuesta, decidí ignorar sus mensajes.

Tiré suavemente mi celular al sillón levantándome de este. Caminé unos pasos hasta llegar a la cama, iba a intentar dormir. Me acosté en la cama arropandome con lo poco que dejó Huston de cobija libre.

Sentía como los minutos pasaban y pasaban, cada vez más lentamente, cada vez más interminables. No hacía nada más que dar vueltas en la cama intentando dormir. No podía, como siempre. Me senté en mi lugar de la cama suspirando con enojo, odiaba no poder dormir, lo odiaba con mi alma.

«¿Cómo soy tan inútil para no poder ni dormir? No es añgo díficil, Taylor. Todo el mundo lo hace.»

«Zzz...»

Me volteé a ver a Jane con enojo en mis ojos. —Te odio muchísimo, ¿lo sabes? Desearía que desaparecieras de mi vida y...— ya no sabía que más decir —¡Y...!—exclamé intentando buscar más frases para decirle. —¡Maldita sea!

Volví a acostarme en la cama, pasando mis manos por mi cara, tenía calor, sudor por la mayor parte de mi piel, ropa pegada completamente, el sol estaba pegándome en la cara en todo momento y tras de eso tenía a Huston a la par mía. ¡No hay peor cosa que eso!

—Odio esto, te odio a ti, ¡odio todo!— tenía hasta ganas de llorar, ¿por qué mierda me cuesta tanto dormir? ¿Por qué eres tan malditamente rara, Taylor?

Habían pasado varias horas desde que Huston se había dormido. Yo no había podido ni cerrar los ojos por más de un minuto, ahí me di cuenta de que me es imposible dormir si no es de noche... o de madrugada, realmente.

Me encontraba tirada en el piso de nuestra habitación, mirando el reloj que estaba colgado en una pared de la misma. Veía sus manecillas girar lentamente, estaba muy aburrida, no lo niego.

2:00ᵖᵐ marcó el lujoso reloj, decidí pararme para alistarme. Observé unos segundos a Huston, estaba sonriendo dormida mientras abrazaba con delicadeza una almohada, no niego que me quedé viéndola fijamente más que unos simples segundos.

—¿Por qué estabas sonrojada?— pregunté en voz baja mientras me sentaba a la par de ella, pasando unos mechones de su largo cabello que tapaban su cara por detrás de su oreja. —Se supone que me odias, ¿no?— seguí hablando en voz baja, para no despertarla. Seguía con esa estúpida sonrisa.