Capítulo//08

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Maratón//5/5


-Derek. - pronunció su nombre con asombro. -¿Qué haces aquí?

-Vine a verte. - respondió. -Me enteré de lo ocurrido. - ella mordió su labio y como siempre, bajo la cabeza. -¿Puedo pasar?

-Claro. - se hizo a un lado y Derek pasó. -¿Quieres tomar algo?

-No, gracias. - se fueron hacia el sofá. -Vine hablar contigo.

Ella carraspeó y se sentó frente a él, se mantuvo en silencio, observándole. Aunque ya sabia de qué quería hablar, pero tenerle ahí, frente a ella, mirándola.

-Primero que nada, ¿Por qué no me dijiste nada, cuando hablamos? - preguntó observándole, con la mirada fija.

-Estaba de viaje y no iba decirte de lo ocurrido. - respondió. -Tu madre me despidió, fin del asunto.

-No, mi madre te despidió a mis espaldas, sin tener ningún derecho. - exclamó. -Pero volverás, volverás como mi esposa.

-Derek, no quiero causar mas problemas, yo...

-No, una vez seas mi esposa, no harán nada. Serás la reina y cerraras muchas bocas. - se acercó a ella. -Demuestra que vales mucho más, demuestra que tienes valor y coraje.

-No, soy una mujer llorona y que no sabes defenderse. - él sonrió negando.

-Si sabes defenderte, solo que no lo sacas. - corrigió. -Se mi esposa, se mi reina. Ayúdame a saber qué es estás con una persona que te ama, que te dará una familia y felicidad. - ella le miró a los ojos. -Tú eres esa mujer, tú me harás feliz.

-¿Y si no te hago feliz? ¿Y si no nos llevamos bien? - preguntó queriendo saber.

-Haremos una cosa, si un año no somos felices, nos divorciamos. - inquirió. -Yo no me quiero divorciar por tercera vez, ya sería mala suerte. Deseo que tú seas la definitiva.

Ella le miraba detalladamente, él solo quería amor, felicidad... Una familia. Ella podría dárselo, quiere ser amado, eso eso.

-De acuerdo. - decidió y él sonrió abrazándola. -¿Cómo lo haremos?

-Nos iremos a la Vegas, allí nos casaremos. Allí serás mi esposa, mi reina. - respondió sin borrar la sonrisa. -Esta noche no vamos, vendré a recogerte... Prepara tus maletas. - la dejó un ligero beso en los labios y salió de allí.

Sophie sonreía como una tonta, tocándose los labios con la yema de sus dedos. Estaba feliz y emocionada, el sería el primero en todo y rezaba para que fuese el último.
Ella estaba tan feliz, que fue hacerse la maleta. Aunque faltaba bastante para irse a las Vegas, pero quería hacerlo y así estar preparada y no hacerle esperar.

Derek paro en una joyería de la Alemania, bajó del coche y fue hacia el interior. Una joven al verle le hizo una reverencia y él negó, con una sonrisa.

-No hace falta que haga eso, señorita. - habló él con amabilidad. -Deseo un consejo, quiero los mejores anillos de boda que tenga.

-Por supuesto. - respondió con una sonrisa. -Tengo estás, son las más bonitas, tiene de oro o de plata auténtica. - dijo sacando los anillos. -Son de hombre y mujer y van en pareja.

-Me gustan estás. - señaló dos alianzas de oro, elegante y con una línea increíble.

La joven cogió una cajita de terciopelo color granate y metió los anillos. Derek sacó su tarjeta y lo pagó, o le importó cuanto costaron, solo quería esos anillos.

-Señorita, yo nunca he estado aquí y nunca me ha visto. - ella asintió.

-No se preocupe, nadie sabrá nada. - el asintió con una sonrisa. -Enhorabuena, por su boda.

Derek salió de allí guardando los anillos en el bolsillo interior de la chaqueta.

En casa, Derek no saludo a su madre. Directamente, se acercó a escolta con seriedad.

-Mancko, que el jet esté preparado para esta noche. - dijo y el hombre asintió.


-¿Dónde vas, hijo? - preguntó madre, deteniendo sus pasos. -¿Otro viaje?


-Si. - respondió sin muchas palabras, saliendo del salón.


Tras la discusión que tuvo con su madre horas atrás, él seguía enfadado. Enterarse que Sophie, la única chica que realmente era de corazón honesto, fue despedida le enfureció. Pero verla y ver que en unas horas iba a ser su esposa, le sacó una sonrisa.

Vio a María, le hizo una seña con la cabeza. La mujer le siguió y se encerró en su cuarto, Maria era de confiar y podía pedirle cosas.


-¿Hablaste con ella? - preguntó la mujer caminando hacia él.

-Si, hablé con ella. - respondió. -Pero necesito que me hagas un favor, nana. - ella asintió. -Necesito que hagas mi maleta, solo para tres días.


-Claro, mi niño. ¿Te vas otra vez de viaje? - él negó.


-Puedo confiar en ti, María. - se sentaron. -Me voy a casar con Sophie. - ella arrugó su ceño, sorprendida.

-¿Cómo casarte con ella? - repitió. -Cariño, sería una bomba para esta familia, jamás la aceptarían y tú lo sabes.


-Lo sé, María. Pero así la respetan, ¿Crees que no sé cómo la tratan? En especial mi madre. - exclamó. -Pero por otra parte, quiero ser amado por una mujer, que me dé una estabilidad y familia. Que no vaya por mi dinero ni título y Sophie me ama de verdad.


-No la hagas daño, Derek. - dijo ella y él asintió. -Os ayudaré y quiero ver la cara de tu madre cuando sepa todo.


-Yo también la quiero ver. - ambos rieron.


María empezó hacer su maleta, enterarse que Sophie y Derek se irían para casarse, era maravilloso. Pero no quería que le hiciera daño, era muy inocente y no quería verla llorar otra vez. Pero tal vez, así, se ganaría el respeto de la gente de la casa.
Aunque su madre era un demonio, era lucifer vestido de mujer. Estaba que no hiciera nada en contra de ella, si así iba ser, ella la defendería y la ayudaría a defenderse de las alimañas.

«Mi niña, no sabes que ganas tengo que vengas convertida en reina y cierres la boca de muchas de aquí.» pensó María con una sonrisa.


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Hola, bellas. Aquí tenéis otro capítulo de Derek y Sophie, espero que os guste.

Aquí acabamos el maratón, aunque no lo hice seguido por mi falta de tiempo.

Que piensan de este capítulo? Os Leo.

Besos desde España

De empleada a reina. +18Where stories live. Discover now