El Reemplazo [Bakudeku]

#4

Esa misma noche Izuku no pudo dormir bien, giraba de un lado a otro, pero sin éxito alguno de poder dormir, simplemente no lograba conciliar el sueño.

—Oh, por el amor de All Might.—Suspiró el pecoso mientras se sentaba en la orilla de su cama para luego revisar su celular, eran las 2:47 a.m, inmediatamente al ver la hora apagó su celular. Sin nada más que hacer esté se levantó y se dirigió a su armario que entre tanto desorden sacó una caja que estaba lleno de discos, saco uno y lo colocó en un tocadiscos para luego empezar a reproducirlo.

En aquel disco se encontraba una lista de reproducción de la música del famoso compositor "All Might".

Al igual que la cocina, Izuku desde muy pequeño empezó a escuchar su música, esto gracias a su madre, quien también era fan. El y su madre pasaban horas escuchando sus canciones  mientras cocinaban o hacían cualquier cosa. Volver a escuchar su música le traía recuerdos de aquellos días.

—Perdóname, mamá.—Dijo Izuku mientras sacaba un cigarro de una cajetilla, este aventó su celular a la cama y se dirigió al balcón que tiene su habitación.

Izuku años atrás le había prometido a su madre que dejaría de fumar luego de que Izuku tuviera unos pequeños problemas de salud por estos, pero evidentemente nunca lo dejó, así que para no sentirse tan culpable le pedía perdón a su madre cada vez que fumaba uno.

Izuku se puso a mirar la ciudad mientras se recargaba en el balcón, a lo lejos observó el hospital, no tardó en recordar quién estaba allí, su mejor amigo desde la escuela, Shoto Todoroki.

Shoto ha estado en coma desde hace 11 meses, quedó en ese estado tras haber sido golpeado y drogado con Ketamina en una fiesta.

—Espero algún día despiertes, Shoto...

El pecoso no pudo evitar bajar la mirada, este observó los árboles que tenía por debajo, mientras los veía su mente se invadió de malos pensamientos.

"si me tiro desde aquí, ¿Esos arboles amortiguarían mi caída? ¿O moriría inmediatamente?"...

Entre esos pensamientos que tenía, a lo lejos empezó a escuchar su celular sonando, interrumpiendo todo aquél pensamiento que tenía, en ese momento volteo a ver su celular.

"¿Quién carajo llama a esta hora?"—Pensaba Izuku mientras se acercaba a su celular el cual estaba en la cama.

"Llamada entrante de Abogado Bakugo."

—¿El abogado Bakugo?—Agarró el celular.—¿Que necesitará a estas horas?— Se preguntaba mientras respondía la llamada.

.

Izuku:—Buenas noches, Abogado Bakugo ¿Ocupa algo?—

Katsuki no respondió.

Izuku:—¿Disculpe? ¿Esta allí, Abogado?

Katsuki:—T-tatssu-ki~... ¿P-por qqué me llamas A-Abogado?

Izuku:—Ah- Disculpe abogado, creo que se equivocó de número...—"Suena borracho"— pensó.

Katsuki:— ¿P-por qué?—su voz se empezó a quebrar.- ¿P-por qué t-tuviste q-que morir, T-Tatssukki...

Izuku:— Realmente suena borracho... ¿Se encuentra solo, abogado Bakugo?

Katsuki:—MMe e-echaron de el bar.

Izuku:—¿Sabe donde se encuentra?—Se empezó a poner un suéter y agarró sus llaves.—
"No puedo dejar que vage por ahí mi única solución a mis problemas, podría pasarle algo y si así pasa, ¡Adiós a una vida tranquila y hola a la carcel!"—Se dijo el peliverde a si mismo mientras salía de su departamento.

Katsuki:—Gold M-Men... Nude..

Izuku se detuvo un momento.
"Gold Men Nude... Pero... Que no es... ¿Un bar gay?"—Pensó.

Izuku:—I-Iré por usted, Abogado Bakugo. Por favor no cuelgue, llegaré en 10 minutos.

Katsuki:—T-tatsuki...

"Otra vez ese nombre, ¿Quién será ese tal Tatsuki?"—Se preguntaba Izuku mientras bajaba las escaleras

Después de aproximadamente 25 minutos Izuku pudo llegar al bar. Se tardó más de lo previsto ya qué no lograba conseguir taxi.

—Abogado Bakugo, ¿Donde se encuentra?—le preguntaba a Katsuki por la llamada mientras se bajaba del taxi.—Por favor, espere unos minutos aquí, no tardaré—le dijo al taxista.

"¡Hey tú! ¡¿Que mierda haces aquí, maldito descolorado?!"

Fue lo que el peliverde escuchó a lo lejos, a los pocos segundos escuchó lo mismo en la llamada. Izuku sabía que se referían a Katsuki, por lo que no dudo rápidamente en seguir aquella voz que gritaba.

—¡¿Que acaso no escuchas!? ¡Párate maldito bastardo!— Le gritaba un hombre a Bakugo mientras lo pateaba.

Katsuki no respondía por más que le gritaba. Normalmente cuando lo insultan se vuelve loco pero en este caso no era así... Simplemente Katsuki se quedó dormido.

—¡Detengase, Porfavor!—gritó el pecoso mientras corría a dirección de ellos.— Disculpe todo esto, señor. El es mi amigo, perdón por la molestia que le causó, ya me lo llevo...

—¿Y tú quien te crees, niña? No te puedes llevar a un borracho así como así.

A pesar de que Izuku vestía ropa masculina y su voz y cuerpo también lo fueran, algunas de sus facciones lo hacían ver femenino, Pero, ¿tanto como para que lo confundieran con una chica?

—Disculpe, señor... Pero soy hombre.

—¡¿Ah!? ¡¿Que?!

—Si me disculpa ya me llevaré a mi amigo. Otra vez, disculpe por las molestias.—le dijo Izuku a aquel hombre mientras ponía un brazo de Katsuki en su hombro.

Dió unos cuantos pasos cuando volvió a escuchar la voz de aquel hombre.

—¡Oye! Espera. Ese idiota no se puede ir de aquí.

—¿Que?—Volteo a ver confundido al hombre.

—Lo que oíste. ¡Ese bastardo se salió sin pagar! Soy un mesero del bar y ocupo que pague.

—¿Mesero? Pero los meseros no andan insultando ni golpeando a los clientes.

—Normalmente no insulto a un cliente, incluso si lo merece, pero solo aplica si estoy dentro del bar y como estoy fuera de mi zona de trabajo, puedo insultarlo tanto como quiera.

—Ya veo, entonces... Revise los bolsillos del pantalón de mi amigo, tal vez tenga su billetera, de ahí puede agarrar lo que le debe.

"obviamente no voy a pagar con mi dinero, muy apenas y me alcanza para pagar mi departamento y darme de comer"—pensó el peliverde.

—Pero no se confíe y no agarre de más, este borracho de aquí sorprendentemente es abogado, así que no le conviene hacer algo más.

Izuku puede verse inocente pero no lo es, el sabe que la gente siempre tiene segundas intenciones.

—Ash, ¿De verdad me crees capaz de tal cosa?—dijo aquel mesero mientras volvía a guardar unos cuantos billetes.— Ya está, ya agarré lo que ese descolorido debía.

—Entonces ya me retiro con mi amigo.

.

Ambos estaban ya en el taxi. Izuku acomodo a Katsuki en el asiento y le puso el cinturón de seguridad.

—¿Ahora para dónde lo llevo, joven?—esa pregunta lo dejo sin palabras. El pecoso estaba tan concentrado en qué su "única salvación" estuviera bien que nunca se detuvo a pensar ni un poco en lo que haría después de que lo recogiera de ese lugar.

—Eee... Déjeme en la misma dirección en la que me recogió, porfavor.—Izuku no tuvo otra opción más que llevarlo a su casa, no sabía dónde quedaba la casa de Katsuki ni dirrecciones apartes para dejarlo, así que no le quedaba otra opción.