12. Chico misterioso

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Media hora después, Elsa se encuentra en mi habitación, mostrándome todos los conjuntos que ha traído. Cuando mis padres la vieron llegar con dos maletas y una mochila, pensaron que se mudaba aquí, a lo que ella respondió diciendo "Es una emergencia" y procedió a entrar en mi cuarto.

-Vamos Andrea, dime cual te gusta- me anima ella, pero puedo ver que está al borde de la desesperación.

-Realmente aprecios esto, Elsa. Pero esa ropa no es mi estilo- digo mirando los vestidos cortos, faldas floreadas y blusas sin mangas que están entendidos en mi cama- Soy mas una chica de jeans y camiseta.

-Lo se, lo se- agita la mano, restándole importancia a mi comentario- pero cambiar es de sabios. Incluso puedes combinar un vestido con una de tus franelas, te prestaría unas botas con tacón, ¿qué tal suena eso?

-No se andar en tacones- admito.

Elsa se ríe y añade: -Para que crees que tienes a tu mejor amiga, tonta.

Examino las prendas que Elsa ha traído y creo que no son del todo feas. Sujeto un vestido negro, a decir verdad, es bastante bonito. Es como una camisa de hombre sin mangas con un cinturón de elástico a la altura de la cintura. Los botones en el frente me gustan bastante.

-Ni lo sueñes, Andrea- Elsa me le arrebata de las manos, escondiéndolo tras su espalda- Eso no es femenino.

-¡Claro que lo es!- intento que me lo regrese pero ella no cede- Es mas corto de lo que alguna vez he usado.

Elsa me mira por unos segundo antes de rendirse y pasármelo.

-Pero solo si te pones unos tacones- añade.

-Sinceramente no veo el caso de todo esto, Elsa.

Ella me mira como si quisiera golpearme, pero en vez de eso solo dice: -Para hacer sufrir a Hemmings.

-No creo que a él le importe un pepino la manera en la que voy vestida, ¿sabes?

-¡Oh!- su pulgar e índice encuentran mi mejilla donde pellizca suavemente, haciéndome sentir de tres años- ¡Todavía no! Pero te apuesto a Dylan O'Brien en tanga de hilo dental a que lo vas a dejar babeando y sufriendo, solo hazme caso.

-Mas te vale que puedas cumplir esa apuesta- le digo antes de entrar en el baño a medirme el vestido.

Dos horas después de probar conjuntos, terminamos decidiéndonos por el vestido negro con unos tacones a juego. No estoy muy segura acerca de los tacones, pero Elsa me mataría si piensa que la ultima hora haciéndome caminar de aquí para allá con zapatos altos fue una perdida de tiempo.

-Puedo quedarme a dormir, ¿cierto?

-Claro- respondo.

-Genial, porque no iba a irme.

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Son las 7:00am y hace dos horas que Elsa me ha hecho levantar, para bañarme y alistarme. Por mas que le he explicado que eso puedo hacerlo en media hora, ella insistió que necesitaba mas tiempo. Ella se ha encargado de secar mi cabello y hacer ondas en el con la tenaza, no ha tardado mucho, puesto que mi cabello con suerte me llega a los hombros. Ahora se encuentra maquillándome y sinceramente, estoy asustada por la cantidad de maquillaje que está usando.

-¡Listo!- exclama, y se mueve dejándome ver mi propio reflejo en el espejo- ¡Dios, soy una maldita genia! ¡Te ves hermosa!

-Uh- es lo único que puedo decir mientras observo el trabajo que Elsa ha realizado, me ha delineado los ojos con una línea gruesa y definida y ha puesto una gruesa capa de rímel sobre mis pestañas, dándole profundidad a mis ojos, el labial rojo cereza marca la forma de mis labios y creo que el polvo compacto ha hecho su trabajo al eliminar mis pecas- Esto es genial, Elsa. Gracias.

Te odiaré hasta que me ames | Luke HemmingsWhere stories live. Discover now