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Domingo, 3:23pm.

Un mes había pasado desde que entró a la academia de sus sueños, logro hacerse muchos amigos en tan poco tiempo y eso le alegraba. Estaba completamente satisfecho con la vida que tenía ahora.

Pero...

Aunque estaba bien ahora, no podía quitarse ese sentimiento de enojo de su corazón. Saber que ese demonio sigue devorando y asesinando a personas sin parar le hacía querer golpearlo, apretó sus puños mientras mordió la punta de su bolígrafo con molestia al volver a pensar en eso.

Estaba cansado de escribir distintos ataques, cansado de ingerir aquél veneno que circula ya en sus venas para probar distintos métodos para acabar con ellos. ¿Para qué? Todo era en vano, ese demonio solo aparece muy pocas veces debido a que es de alto rango.

No tenía sentido seguir buscándolo cuando puede estar en otro continente, pero jamás se iba a rendir, tenía que matarlo, cortarle el cuello. Vengar la muerte de todas esas personas inocentes, y hasta que no lo mate con sus propias manos no iba a parar.

Debía buscar venganza.

—Midoriya.

—¿ah? —inconscientemente levanto su cabeza.

—¿Todo bien? Estás bastante pensativo hoy, nisiquiera te diste cuenta cuando empecé a tocar la guitarra. Has estado murmurando por un buen rato.

—¡Lo siento! —se disculpó rápidamente—. Si, supongo que estoy más pensativo de lo normal. . .

—¿Qué ocurre? ¿sucedió algo? —cuestionó dejando su guitarra de lado. Estaban sentados bajo un árbol.

—¿Ah? Por supuesto que no, creo que la academia me tiene bastante estresado... los exámenes cada vez son más —mintió de forma sutil. Moviendo sus manos rápidamente.

—Si. La academia está bastante complicada. Es época de exámenes y de entrenamientos forzados.

—Agh... ¿pero tu no ibas a las clases de apoyo? Digo... tu salón es el C.

—Seh. Pero no significa que no tengamos exámenes o esas cosas. Yo tengo que hacer el doble esfuerzo si quiero estar en el salón A o B para convertirme en un héroe, ahora estoy entrando con EraserHead.

—¿Aizawa-sensei?

—Si.

—Es sorprendente... él no suele aceptar a cualquiera, aunque... ¿ustedes están familiarizados? Se parecen mucho

—No. Es mí héroe favorito, pero no es la primera vez que me dicen que tengo parentesco.

—Pareces su hijo perdido, je, je

—Mejor haz silencio y sigue practicando —le apretó con fuerza ambas mejillas.

—¡Ay, ay, si, si! —respondió rápido con pequeñas lágrimas en sus ojos. Luego Shinso lo soltó.

También se había hecho amigo de Shinso aunque esté demuestre lo contrario, sus horarios no combinan pero uno que otro saludo se dan cuando se cruzan. Tenían bastantes gustos en común y intercambiaron púas de su guitarra, Midoriya lleva una S y Shinso una I.

Se la pasaban mucho tiempo practicando aunque también solían tomar una malteada junto a Camie mientras contaban anécdotas del pasado. Un trío de amigos realmente gracioso, o al menos por parte de Camie que no tiene vergüenza de nada.

Pero jamás iba a olvidarse de la venganza, le guste o no, ese peso de encima no saldrá de él a menos que termine con ese demonios y si es posible con todos los demás. Por dentro también sabía que esos demonios eran humanos, les tendría compasión y intentará que sus muertes no fuera tan dolorosa. Pero la del demonio de abanicos afilados no, no sería gentil con él.

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