❝ La noche estaba tomando un rumbo diferente, quizás si ella hubiera notado que todo estaba bajo control ahora no tendría que salir a buscar a Lisa para arreglar las cosas. No es la primera vez que pasa, pero Jennie es insegura de su relación aunque...
En todo el camino, Lisa no decía nada, y bueno ella tampoco, su única pregunta era, ¿cómo había pasado todo esto?, estaba triste porque ella no fue capaz de cuidar a su novia. La podía mirar de reojo, con las manos en las piernas y la mirada en la ventana, estaba más callada de lo que creyó, y solo había que esperar para hacer una pregunta.
Cuando abrió la puerta de Jennie, ella la miró, con una mirada triste y desanimada, como si buscara que todo lo que ha oído sea una mentira, que claramente no puede dejar de repetirse en su cabeza.
Cerró la puerta y se llevó a Jennie a la sala de su apartamento, se sentaron sobre el sofá, con los ojos llorosos y las manos temblando, ¿quién sería la primera en dar el último paso?.
—Esto. Es tu culpa. — Jennie soltó.
—¿Por qué?
—Lisa...
—¿Qué es lo que te pasa, Jennie?— Lisa exageró.
—No puedo creer que estés preguntando eso.
—¿Por qué debería de hacerte sentir mal?, no sé, ¿qué he hecho?.
—Lisa, esa no es la pregunta que deberías hacer, no puedo creer que estés preguntando, estoy harta de eso.— Jennie se alejó aún más de su pareja, estaba muy cansada de oír a Lisa, aunque no le había dado tiempo de explicarle.
—Jennie, tienes que decirme qué pasó, son las 4:30 de la mañana, es importante que me lo digas.
—No puedes obligarme a decirte.
—Necesito saberlo, ¿cómo voy a ayudarte si no me dejas hacerlo?.
—Por una vez, no te voy a contestar a nada de lo que quieras explicar.
—Jennie. No voy a dejar que te vayas. Dame una oportunidad de explicar.
—¡Me engañaste!, ¿qué me vas a explicar?, ¿cómo lo hiciste?, ¿qué es lo que vas a decir, Lisa?, ¿con cuántos dichos que me decías la hipnotizaste?, ¿Qué clase de...?— Lisa la interrumpió antes de seguir hablando.
—¿Qué te engañé?
—Lisa no seas incrédula, lo hiciste, lo sabes.
—Nini yo...
—¿Ves?, tus excusas son para una mierda, no quiero oír nada de eso.— Jennie oyó la carcajada de Lisa salir, la vió agarrarse la cara, dirigirse a ella, sentarse más cerca y respirar en su oído.
—No te engañé. Fuí a buscar agua, tú has sido la que se ha movido del lugar.
—¿Ahora yo tengo la culpa?
—No. Pero no he hecho nada, Nini, ¿cuándo he dicho alguna mentira?— Lisa levantó la barbilla de Jennie para hacerla mirarla a los ojos, ella volteó la cara de inmediato, sabía que trataría de convencerla, no era tan tonta.
—Está bien, si quiere oír todo lo que pasó, porque no confías en mí, te contaré.
Lisa le habló de cuando se fue lejos de ella, lo que pasaba mientras la buscaba en cada habitación del lugar, le preguntó varias veces a sus amigas y al ver a la mitad en cosas más importantes, (Dahyun bebía con Momo en una de las mesas del club, Sana, Jihyo y Tzuyu estaban con Chaeyoung y Mina en una mesa peleándose en el juego de verdad o reto, Nayeon y Jeongyeon habían abandonado el centro de la pista para ir a otros asuntos en uno de los cuartos.) Ninguna le supo decir en donde estaba Jennie.
Lisa se desesperó, por lo que recurrir a buscarla por las habitaciones, el balcón y el baño era su última opción antes de llorar y salir despavorida por la ciudad a buscarla.
—¿Cómo explicas que te vi con alguien?
Le dijo que no había conocido a nadie, sino que se la pasó buscándola a ella.
—Lo lamento, amor, pero yo no voy a engañarte, yo no soy así.
—Eso fue horrible, Lalisa, ¿por qué tenías que ir a buscar agua?, yo debí haber ido contigo, ¿eres una idiota?— le reclamó.
—No. Tienes que dejar de pensar un poco, no imaginarte cosas en tu cabeza, Nini, eso es lo que te trae más problemas.
—No me imagino nada, solo pensé que había pasado. Yo no quiero que me dejes, por favor dime qué estarás aquí.— Jennie bajó la cabeza, subiendo sus piernas para abrazarlas contra su pecho, empezando a sollozar.
—No llores, Nini, por favor, no lo hagas. Si lloras, yo también lloraré.— Lisa abrió sus brazos para recibir a Jennie en su pecho, oyendo como luchaba para mantenerse despierta, seguir llorando y reclamando.
—No vuelvas a hacer eso. Yo no quiero dejarte ir...
—Escucha Nini, yo cuidaré de tu corazón cuando tú no puedas cuidar de ti misma, haré lo posible por sanar cada herida y cada problema que tengas, pero necesito que pongas tu confianza en mis manos, que me digas que confías en mí, yo soy tuya, y voy a hacer todo para que los demás lo sepan, yo quiero pertenecer a tí. No te voy a dejar ir.
—Lisa...
—¿Si, amor?
—¿Por qué eres tan idiota?
—Bueno, es parte de mi encanto, cariño.
—¿Dejarás de perderte?
—Si prometes decirme lo que pasa dentro de esa cabecita tuya, amor.
—Lo haré, Lili.
—Entonces, mantén ese pensamiento como una cuerda atado a mí. Porque esa siempre seré yo.
«Junto a tí.»
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