Cris estaba en tiempo de receso, no tenía vida social, por suerte no tardaba de salir de la primaria.
Estaba sentado en una banca, solo como de costumbre, observando a los niños pequeños y grandes jugar mientras el solo estaba sentado sin que nadie se le acercara, ni porque agregara accesorios a su uniforme escolar.
Cris acostumbraba siempre a pintarse su pelo de azul, aunque lo reportaban por eso, pero no le tomaba importancia.
Mientras tenía su mirada perdida escuchó a alguien susurrar.
-Niño, ¡Niño!
Miró a sus lados y no vió a nadie, así que supuso que no era para el y lo ignoró.
De repente, miró hacia el frente y había un niño muy pequeño de pelo anaranjado, que apenas asomaba la cabeza hacía la mesa que se colocaba en donde siempre se sentaba.
Cris lo miró atentamente mientras inclinaba la cabeza.
-¿Estás bien niño?- preguntó el de pelo anaranjado.
Cris no pronunció ni una palabra, en los seis años de primaria que había estado nadie lo había ni siquiera mirado.
-Niño, ¿estás vivo?- el anaranjado solo movía su mano frente de Cris.
-Uh..¿Eh?- Cris solo estaba sorprendido, triste, emocionado, y confundido a la vez, más que nada confundido, tenía tiempo que nadie le hablaba.
-¿De qué grado eres?- preguntó Cris, con la voz quebrada y sin aliento.
-De segundo, ¿Quieres ser mi amigo?- El pequeño solo se sentó a lado de Cris, sacó un traste con uvas y extendió su brazo con uvas para darle a Cris.
-Eres muy pequeño, ¿Como te llamas?
-Paul Hermes- Tomó dos uvas y las metió a su boca sin decir nada más.
-¿Hermes? Tienes mucho dinero entonces...
-¿Y tú?- Preguntó Paul, con su voz infantil.
-Hernández...- dijo casi con furia.
Paul no le tomó mucha importancia y siguió comiendo sus uvas, que era de sus favoritas.
Paul volvió a extender su brazo para que Cris tomará una uva, para ver si está vez si la tomaba.
Cris solo miró la uva y la tomó para después comerla.
De repente, sintió un jalón de pelos.
-¡Auch!- gritó cris, sabiendo que no llamaría ni siquiera la atención, ya que era invisible para todos los de su alrededor.
Miró a Paul enojado, y antes de hablar, Paul le metió una uva a la boca.
-¡Tengo un pelo tuyo!- dijo pareciendo emocionado.
Rápidamente sacó una bolsita pequeña donde metió el pelo que le había arrancado a Cris.
-¿Porqué hiciste eso?
-Para tenerte conmigo- Paul volvió a guardar la bolsita en su lonchera que llevaba y abrazó a Cris.
-Pero ¿Qué?- No tenía ni la menor idea de lo que pasaba, realmente no comprendía nada, ¿un niño "extraño" lo estaba abrazando?
