Capítulo 27 (Final)

1.9K 207 129
                                    

Pensaba que había evadido a la prensa hasta que me reuní con mi tío y una reportera grito que ahí estaba. Me detengo siendo forzado por mi tío que dice que no están de más algunas palabras dirigidas al público. Por respeto a los fanáticos que querrán verme en televisión, me saco las gafas oscuras y la gorra.

Respondo alrededor de cuatro preguntas, la prensa quiere saber sobre mi supuesto romance, mismo que desmiento sin titubeos. Quieren saber si ya hay algún rival en puerta y desean conocer un poco sobre el futuro de mis rutinas de entrenamiento y cosas por el estilo. No hay mucho que pensar, yo volví a Corea para entrenar con el gran Park Namwook que de ahora en adelante dirigirá mi carrera, también estaré compartiendo ring con la leyenda de la MFC como todos conocen a Yosep.

Me muestro entusiasta para hacerles creer a todos que estoy especialmente motivado por estar de vuelta, aunque en el fondo hay una parte de mí que se llena de recuerdos y me hacen pensar mucho más de lo que ya lo hacía.

Me despido de la prensa pues nunca parecen saciar su curiosidad, entramos en el auto con varias cámaras y micrófonos golpeando las puertas y una vez puestos en marcha, dejo caer la cabeza contra el respaldo del asiento para suspirar.

—¿Qué tal el viaje?

—Aburrido— respondo y todo lo que quiero es hacer es llegar a casa; comer la comida de mí tía y encerrarme en mi habitación por el resto del día.

Mi tía me recibe con los brazos abiertos, el pequeño Rocky se le cuela entre las piernas y acapara toda mi atención, se ha vuelto un perro más enérgico que antes y me dan ganas de reírme cuando veo que mi tío le hace cariños.

Nunca olvidaré el día en que visité la casa de la abuela de Dan esa navidad luego de que descubrí toda la verdad, fui hasta ahí por mera nostalgia y encontré al perro que seguía los pasos de Dan, sé que es absurda esta clase de comparación, pero debo admitir que de cierta forma me sentí identificado con él. Me senté en los escalones de la entrada y se apoyó en mis piernas hasta que se quedó dormido, lo tomé en brazos y lo traje a casa de mis tíos pidiéndole una oportunidad para el pobre cachorro.

Mi tío grito que no, que seguro tenía pulgas y sólo habría que verlo hoy, un perro perfumado que le lame la cara como muestra del más profundo afecto.

—Estoy cansado, iré a dormir.

—Nada de eso. Primero vas a comer— sentencia mi tía y al verlos frente a mí sonrientes por tenerme de vuelta en casa, me doy cuenta que en verdad han pasado tres años, estoy en mis 20 y con una carrera deportiva que va en ascenso, tengo todo lo que otros podrían desear para admitir que son felices, sin embargo, yo... me siento incompleto.


***

Yosep y yo nos dejamos caer en el ring con la respiración descontrolada, este ha sido el sparring más problemático de mis últimos tiempos. Existen dos posibilidades; estoy fuera de forma por el viaje, o este sujeto dejó de contenerse sintiendo verdadera rivalidad con alguien como yo.

Los chicos del gimnasio aplauden y los nuevos ingresos no dudan en pedirme un autógrafo, todavía no estoy acostumbrado a esto. No pensé que la fama pudiera ser incómoda, supongo que extraño esos días en los que podía salir por la calle y pasaba desapercibido.

—Te has vuelto más fuerte— acepto la botella de agua que me ofrece Yosep y limpio el sudor de mi rostro—. No queda nada de ese debilucho que ganaba peleas clandestinas ¿Eh? — soy alguien que no tiene remedio, el simple hecho que mencione lo de las peleas clandestinas me hace viajar en el tiempo y pienso en Dan, pienso en esas veces en las que sus manos fueron el mejor consuelo para mis heridas, le recuerdo ayudándome incluso cuando nos llevábamos mal y éramos obstinados. Si tan sólo esos meses hubiera admitido cuanto me gustaba y en lugar de molestarlo me hubiera encargado de amarlo como se merecía, nuestro romance hoy tendría más momentos que recordar.

El camino hacia ti (Jinx)Where stories live. Discover now