𝐒𝐈𝐗

451 49 3
                                    

"𝐄𝐑𝐑𝐎𝐑"

"𝐄𝐑𝐑𝐎𝐑"

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Habían pasado varias semanas desde que Monike y Oscar habían hablado por última vez

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.


Habían pasado varias semanas desde que Monike y Oscar habían hablado por última vez. Aunque Oscar había intentado hablar con Monike, ella había sido buena esquivándolo.

El baile de otoño se acercaba, y los chicos estaban emocionados por participar en él. Monse pensaba que era una pérdida de tiempo, y Olivia había decidido apoyarla.

—¿Irán al baile? —pregunta Monike a ambas chicas mientras caminan hacia la casa.

—Eso creo, aunque no sé cómo verme sexy. —Monike sonríe y mira a su hermana.

—Estás hablando con la persona con más sentido de moda en toda la secundaria. ¡Te ayudaré! Y Olivia también si quiere integrarse. —Monike sonríe, aunque parece más una mueca.

—Si te ayudarnos para que te veas súper sexy esta noche. —Monse mira cómo ambas sonríen, pero deja de sonreír al ver de lejos a cierto Impala rojo.

—Monike —ella señala con la cabeza a espaldas de su hermana mayor, y ella voltea un poco para ver el auto de Oscar y mirar a sus compañeras.

—Parece que no puedo seguir escapando. —murmura.

—No entiendo por qué huyes de él. —dice Olivia sin conocer la historia del líder de la pandilla y su nueva amiga.

—Es algo complicado. Él... me rompió el corazón cuando tenía quince, y ahora él quiere volver a mi vida. —el auto se estaciona frente a las chicas—. Te cuento después.

—¿Podemos hablar? —cuestiona Oscar mirando a Monike de arriba abajo.

—Depende, ¿qué necesitas? —cuestiona ella cruzándose de brazos.

—Me ignoras. —le reprocha.

—Chicas, síganlas. Las alcanzo más tarde. —Ambas asienten para seguir caminando.

—Sube al auto. —ella niega, y él cansado abre la puerta y se baja—. ¡Sube al auto! —le ordena, y ella se ríe de forma sarcástica.

—No soy uno de tus santos a los que les dices qué hacer y no hacer, Oscar. No me subiré a ningún auto y no hablaré contigo. —él suspira cansado, así que la toma del brazo y la jala para caminar—. ¡Déjame! ¿Qué haces?

¿AMOR? • Oscar Diaz Where stories live. Discover now