𝟙.

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Tengo un corazón de vagabundo
y hoy me quedé sin mi dama...

6 𝓪ñ𝓸𝓼 𝓪𝓷𝓽𝓮𝓼

Luna lloraba, no estaba preparada para dejarlo. Él la abrazó por la espalda, mientras ella se llevaba las manos al rostro, cubriendo su cara de llanto. Estaba triste, muy triste.

— Tenés que entenderme, esto es muy difícil para mí también —dijo Nico, intentando calmarla.

— Ya sé, pero me duele igual.

Nico no sabía qué hacer, él también estaba muy triste, pero ella tenía que entender que, por la diferencia de edad, no era posible que tuvieran algo.

Nunca se habían besado, apenas habían compartido algunos abrazos, pero se querían. Habían pasado tanto tiempo juntos ese último tiempo que se habían convertido en mejores amigos, y cuando él tomó la decisión de declarar sus sentimientos, ya se habían metido en un lío del que no podían salir. 

— ¿Para qué me dijiste que te gusto si entre nosotros dos no puede pasar nada? —dijo Luna, con lágrimas cayendo por sus mejillas.

— Porque no puedo irme sin que lo sepas, perdón.

Nico agarró a Luna por la cara y le dio un beso en la frente, era todo el contacto que podían tener.

— Cuando sea mayor de edad te voy a buscar Nico, esperame —le pidió ella, como podía.

— Todo el tiempo que haga falta.

El jugador depositó un beso en cada una de sus mejillas y volvió a abrazarla, el último abrazo.

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𝓐𝓱𝓸𝓻𝓪

Luna se preparaba para que su novio pasara a buscarla, iba a asistir por primera vez a uno de sus partidos. 

Exequiel jugaba en Boca Juniors, hacía poco que había entrado al plantel profesional y estaba muy ansioso porque su novia fuera a verlo. Ese día estaría de titular, por lo que a su ansiedad se sumaba el partido. 

Los dos llegaron juntos a La Bombonera, donde se desarrollaría el partido. Tomaron caminos separados, ella se dirigió a uno de los palcos y él a los vestuarios, no sin antes despedirse.

— Mucha suerte amor —le deseó ella, dándole un besito en los labios.

— Gracias, te amo, me va a ir bien.

Exe la abrazo rápidamente y cada uno se fue por su lado. 

Luna no seguía a fondo las cosas que pasaban en Boca y Exe tampoco le contaba demasiado. Le había dicho que habían llegado nuevos jugadores, pero ella no preguntó quienes eran, por lo que el día sería una completa sorpresa.

Desde el palco, la chica observó a su novio entrar en calor. Estiraba sus piernas, sus brazos, corría de acá para allá, esquivaba conos, realizaba pases, le parecía muy entretenido verlo prepararse. Sabía lo nervioso que estaba.

El partido comenzó unos minutos más tarde, con Exequiel preparado en su posición. El jugador corría la pelota con toda velocidad, marcando un gol en el primer tiempo. Él comenzó a correr hacia una esquina de la cancha, con emoción, gritando. Pero minutos más tarde, el equipo contrario metió no uno, sino que dos goles. 

El director técnico pensó que era momento de mejorar la defensa, por lo que decidió meter a su nuevo jugador, traído especialmente de Estados Unidos, era lo único que Luna sabia. 

𝒰𝓃𝒶 𝒷𝒶𝓁𝒶 | ɴɪᴄᴏ ꜰɪɢᴀʟ | 𝙲𝙰𝙱𝙹 | +18Where stories live. Discover now