𝟙𝟘. (+18)

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A Nico le pareció que si se quedaba más empeorarían las cosas para Luna, por lo que decidió que lo mejor era irse.

— Cuando te devuelva el celular me escribís, ¿puede ser? —le dijo Nico a Luna.

— Si es que me lo devuelve...

— Luna, te lo va a devolver, pero por favor, manteneme al tanto —pidió Nico.

Ella asintió y se despidió de él dándole un beso en la mejilla. Le agradeció de mil maneras su compañía y su ayuda, pero a partir de ahora las cosas quedaban en sus manos.

Exequiel apareció unas horas más tarde, tenía cara de perrito mojado y había aparecido con flores.

Cuando intentó abrir la puerta, se encontró con que esta estaba abierta. Entró en la casa, haciendo ruido, por si Luna estaba con alguien más.

— Amor, ¿podemos hablar? —dijo él, buscando a su novia por la casa.

Ella apareció de la habitación, con ropa de él en una bolsa de residuos.

— No, te quiero afuera de mi vida —Luna le tiró la ropa en la cara.

Exequiel la atajó, dejando las flores a un costado y se acercó a ella, llorando.

— Perdón amor, las cosas se me fueron de las manos —empezó él— Yo te amo, no puedo estar sin vos, me sentí muy mal, me dieron muchos celos, ya se que lo que hice estuvo mal, pero te necesito, por favor, no me dejes.

— Te fuiste y me encerraste Exequiel, me dejaste sola, ¿vos entendés la gravedad de lo que hiciste? —le dijo Luna sacándose las manos de él de encima— Cada vez que sentís celos me haces sentir mal y ya no quiero seguir así.

Exequiel se arrodilló delante de ella, lágrimas corrían por sus mejillas. Realmente se sentía mal, entendía lo importante que había sido lo que hizo pero estaba loco de celos, Luna tenía que entenderlo.

— Por favor, no me dejes, te prometo que voy a cambiar, que puedo ser mejor, por favor, déjame demostrártelo —pidió el chico sollozando.

Luna empezó a llorar, no entendía cómo habían llegado a este punto. Si se amaban, ¿por qué era así? ¿Cómo se había desvirtuado tanto su relación?

— Ezequiel, necesito que cambies, no va a haber próxima vez, porque, si la hay, entonces no me vas a ver nunca más —dijo ella, casi que cediendo.

— Te prometo que voy a cambiar, voy a hacer lo que te pido, vas a salir con quién quieras, no me dejes por favor.

Exequiel seguía arrodillado delante de ella, con los ojos rojos de llorar. Luna lo obligó a levantarse y él le encajo un beso mojado en los labios. Ella se dejó llevar, lo quería, también lo necesitaba, no quería separarse de él, quería que las cosas fueran como antes.

— Toma —Exequiel sacó el celular de Luna de su bolsillo y se lo dio— No lo revise ni nada, Nico te escribió, deberías contestarle para que no se preocupe.

Changuito no le dijo nada de la llamada que Nico le había hecho. Así que cuando le dio el celular a Luna comenzó a revisar sus mensajes. Había algunos de su padre, ya que no le había enviado las buenas noches, también de su madre preguntando qué había cenado y otro de su hermano hablándole sobre la cafetería. Los de Nico ya los sabía porque él se los había mostrado.

— Luna, yo te amo, no me imagino una vida sin vos, quiero que tengamos hijos, que nos casemos, que tengamos una casa con un perro, que vivamos felices, perdón, de verdad, te prometo que puedo cambiar —dijo Exequiel, estaba siendo sincero.

Ella se imaginó toda esa vida con él, en dónde eran felices, con un pequeño bebé en sus brazos, con un bulldog dando vueltas por el patio... era una vida hermosa.

𝒰𝓃𝒶 𝒷𝒶𝓁𝒶 | ɴɪᴄᴏ ꜰɪɢᴀʟ | 𝙲𝙰𝙱𝙹 | +18Where stories live. Discover now