Cap 21

683 56 17
                                    

Caleb

—Que si, Tris.

—Lo digo enserio, Caleb, no quiero ningún problema.

—No lo habrá.

—Pórtate bien ¿Si? No hagas enojar a Ian— recibí su abrazo.

—No lo haré.

Miré al mencionado que se encontraba junto a María, poniéndome el abrigo los acompañamos al auto, Tristan se despidió de los chicos y de su amigo antes de acercarse al auto donde lo abracé una última vez.

—Llámame— pidió apretándome a su cuerpo, cargándome por un segundo.

—Te llamaré antes de dormir— aseguré con una sonrisa —Mucha suerte.

—Gracias, mapache.

Aterrizó un beso en mi cabeza antes de subir, abracé también a María y finalmente retrocedí hasta quedar con los chicos. El auto desapareció de la calle al llegar a la esquina dejándonos un fin de semana sin adultos...Bueno, solo Ian.

—¿Tienen hambre?

—Si— respondieron Tate y Jeremy al unísono.

—¿Podemos ir a comer a algún lugar?

—¿Tienen uno en mente?

—La cafetería de la avenida cinco, las pizzas de ahí son geniales.

—¿Te parece bien?— agitó mis hombros.

—Muy bien— sonreí.

—Bien, vayan a ducharse entonces.

Adelanté mi paso para subir las escaleras, una vez en mi habitación abrí el armario buscando una sudadera en específico.

—¡Jere!— grité saliendo de la recámara, caminando a la suya.

—¿Qué?

—Le pedí a Danna que lavara mi sudadera roja ¿No la puso en tu armario?

—¿La de Ellie?

—Ajá.

—No lo sé— dejándome entrar abrió las puertas —Tal vez Tate la tenga— habló después de revisar.

—Gracias— le di la espalda, caminando a la habitación del enano, ya se estaba duchando así que revise el armario y afortunadamente ahí estaba.

Volviendo a la mía tomé una ducha, habían pasado tres semanas desde el resfriado y al final tuvieron que optar por inyecciones porque las pastillas y el jarabe no hicieron el efecto señalado.

Me puse la sudadera y un pantalón negro, opté por unos tenis blancos pasando al baño de nuevo para finalizar con el perfume.

—¿Ian?— pregunté entrando a la sala, él levantó la mirada de su celular prestándome atención.

—Dime.

𝑫𝒆𝒔𝒅𝒆 𝒄𝒆𝒓𝒐Donde viven las historias. Descúbrelo ahora