Capítulo 78

446 43 9
                                    

Nos quedamos en silencio, recostados en la cama y tomados de la mano, siendo nuestras agitadas respiraciones lo único que se escucha en toda la habitación, mientras justo frente a nosotros, la ciudad de Liverpool nos acompaña, llena de pequeñas luces titilando.
No podía siquiera expresar en palabras lo que era para mí hacer el amor con Raúl, pero tocar el cielo en la tierra era lo que más se acercaba, era una experiencia que no era de este mundo, era algo bello, demasiado grande, casi espiritual, porque su cuerpo y el mío encajaban a la perfección, porque sus sonidos de placer combinados con los míos quedaban perfectos, y de verdad me parecía alucinante la conexión que teníamos, la forma en que nos comunicabamos sin decir nada, por medio de movimientos desesperados y de gemidos llenos de placer, y lo que más adoraba de todo, era esto, quedarme a su lado, intentando recuperarme de la inmensa satisfacción que su perfecto cuerpo me daba, intentando comprender cómo es que durante toda mi vida pude sobrevivir sin tenerlo a él a mi lado, esa vida que sin yo saberlo, estaba vacía, sin gracia, sin emoción, sin esta felicidad que era demasiado grande para siquiera describirla.
Luego de un par de minutos así, jadeando e intentando recuperar el aliento, hablo.
-¿Cómo estás cariño?- Le pregunto en voz baja, como siempre queriendo saber si se encontraba bien. Él gira su cabeza hacia mí, dedicandome una sonrisa tierna.
-Perfectamente amor- Me responde, provocando una inmensa sensación en mi corazón, el cual se acelera, emocionado, tanto por su sonrisa, como por su respuesta, pues me encantaba cuando me llamaba así. Yo le regreso la sonrisa, sintiéndome feliz y tranquilo.
-Vale bien- Le respondo, aún acariciando su mano con suavidad, regresando mi mirada al techo de nuevo, mientras en mi cabeza, una duda aparece, una que llevaba tiempo queriendo preguntar- Oye te...¿Te puedo preguntar una cosa?- Le pregunto. Raúl me mira de nuevo, para después, asentir.
-Claro, dime- Me responde. Yo me incorporo un poco, dejando de estar totalmente acostado, reposando mi espalda en la cabecera de la cama, algo que Raúl también hace, y una vez me acomodo con un par de almohadas en la espalda, vuelvo a tomar su mano.
-Antes de mí...¿Estuviste alguna vez enamorado?- Le pregunto, mirándolo a los ojos- Es decir...sé que a mí me amas, porque me lo has dicho muchas veces, y porque lo noto...lo puedo sentir...- Agrego, mirando en sus lindos ojos cafés- Pero antes de mí...¿Lo llegaste a estar? De alguien más...- Termino por decir, acariciando suavemente el dorso de su mano. Raúl sube su mirada a mí, regalándome una sonrisa demasiado bella, la cual podía notar de forma muy tenue gracias a las luces de la ciudad frente a nosotros, pero aún así, podía ver cada detalle.
-Yo pensaba que sí...- Me responde, asintiendo- Realmente en algún momento, llegué a pensar que estaba enamorado...- Agrega, mirando ahora hacia la ciudad a nuestros pies- Antes de ti...yo pensé que ya conocía el amor...pensé que ya lo había experimentando, con una pareja en específico que tuve, hace ya mucho tiempo...- Continúa explicando, mirando al frente, permitiéndome admirar su precioso perfil- Con esa persona realmente me sentía enamorado, éramos buenos amigos, y como pareja fuimos una relación muy bonita...lo recuerdo con mucho cariño porque...fue la primera pareja que tuve después de aceptar que era homosexual...fue realmente con quien me sentí liberado por primera vez, con quien me sentí yo mismo después de años de fingir ser quien no era- Continúa explicando, mientras le presto toda mi atención- Y me sentía...pues así, enamorado, feliz con él...creía que lo amaba más que nada en el mundo- Agrega, para después, mirarme a mí, apretando el agarre de su mano- Y ahora contigo...en cuestión de semanas me hiciste sentir lo que en tres años nunca sentí con él...y entonces me di cuenta de que nunca había estado enamorado...no hasta que llegaste tú a mi vida...- Agrega, haciéndome sonreír- Quise mucho a mis parejas, lógicamente...pero...lo que siento contigo es...es demasiado inmenso...es muy grande, no sé ni cómo describirlo pero...me tienes emocionado todo el tiempo, cada vez que me miras, cada vez que me besas, con cada simple roce...me emociono al instante...mi corazón se vuelve loco...y el solo pensar por medio segundo en tener que alejarme de ti, el no poder estar contigo por alguna razón...me llena de una tristeza muy grande...me hace pensar en que sería insoportable...- Continúa explicando, mirando el agarre de nuestras manos- Yo no sabía lo que era sentir amor...hasta que tú me hiciste verlo...y es gracioso porque no sé ni en qué momento me enamoré de ti, solo fue así, de repente...de pronto simplemente te adueñaste de mi corazón...y cada vez que me besas...que me tocas...que hacemos el amor...me haces sentir cosas que no creí que fuera posible sentir...y eso me encanta...me gusta mucho por fin estar enamorado...y además de alguien como tú...- Termina por decir, subiendo su mirada a mí y dedicándome una sonrisa. Yo le sonrío de vuelta, sintiendo mi corazón demasiado acelerado por sus palabras, con una felicidad inmensa por lo que me estaba diciendo, porque era justamente como yo me sentía, pues al igual que él, yo jamás había sentido algo como esto, en mi vida, y me hacía sumamente feliz que él sintiera mi amor de esa manera, que sintiera con cada toque que yo le daba, lo mucho que lo amaba.
Acerco su mano a mis labios, dejando en ella un beso, para después, mirarlo, sintiendo mi cuerpo entero temblar al simplemente ver la sonrisa que me estaba dedicando.
-Me pasa exactamente igual cariño...- Comienzo a decir, mirando en sus profundos ojos cafés- Porque desde un principio, desde la primera vez que hicimos el amor aquella noche en mi casa...recuerdo bien lo diferente que me sentí al hacerlo contigo...sentí que había tocado el cielo, y no me refiero a nivel de placer...me refiero a que...tus sonrisas durante esa noche, la forma en que decías mi nombre, la manera en que me abrazabas...todo eso me hizo sentir muchísimas cosas- Continúo diciendo, recordando a detalle esa noche- Siempre me pregunté en qué momento me enamoré de ti...en qué momento comencé a sentir que eras necesario para mí...y ahora estoy seguro que fue esa noche...estoy seguro que haberte hecho el amor, con tanto caos y confusión de por medio, me hizo caer rendido ante ti...porque cada una de las sonrisas que me dedicaste en ese momento...me llevaron al cielo- Continúo diciendo, recibiendo de él una sonrisa- Y recuerdo lo que vino después...ya sabes, todo el dolor y todo el sufrimiento...y eso solo podía ser amor...- Agrego, pensando en lo obvio que era lo enamorados que estábamos el uno del otro- Jamás en mi vida me he sentido tan vacío y tan desolado, como en esas semanas donde...donde me rechazabas, te alejabas de mí...con cada mirada que me dedicabas, me tenías rendido a tus pies...y me fuiste enamorando cariño...sin querer...- Agrego, recibiendo de Raúl una sonrisa llena de ternura- Yo ya te lo había dicho en su momento...pero lo que siento por ti no lo he sentido por nadie...y a diferencia de ti, yo sabía que nunca había estado enamorado, las relaciones que he tenido han sido, pues buenas...con cariño pero...siempre me sentía en cierta manera...vacío...es decir...a pesar de tener pareja, no tenía ese sentimiento de sentirme completo...- Continúo explicando, apretando el agarre de Raúl en mi mano- Pero ahora contigo...joder, me llega incluso a asustar lo mucho que te necesito...te amo demasiado...siento que eres ya parte de mí...y debo decir que...antes no comprendía esas típicas frases de "haría lo que fuera por esa persona" o de "daría mi vida por esa persona"...pero ahora lo entiendo...yo daría mi vida por ti...haría lo que fuera, iría a donde tuviera que ir...eres lo mejor que tengo...lo mejor que me ha pasado...amo lo que siento por ti...y de verdad te agradezco que hayas llegado a mi vida Raúl...porque le diste luz, le diste sentido, le diste una felicidad que no conocía...- Continúo diciendo, desde lo más profundo de mi corazón, ahí donde él estaba alojado- Te amo muchísimo mi amor...me haces sumamente feliz...gracias por eso- Termino por decir, recibiendo de Raúl una mirada enternecida, sonriéndome de la forma más dulce, para después, acercarse a mí, besando mis labios con cariño, con cuidado, con delicadeza, dejando en ellos amor, uno que se extiende desde mis labios a cada mínima parte de mi cuerpo. Yo le sigo el beso, fascinado, tomando su rostro y pegandolo a mí, dejando en su boca mis palabras, transmitiendole todo el amor que sentía por él, un amor inacabable, inagotable, uno que iba a perdurar por toda nuestra vida.
Una vez nos separamos de tan hermoso beso, me quedo con mi frente pegada a la suya, sonriendo, sintiendo muchísima felicidad, con una calidez en el corazón que solo él me provocaba.
-Te amo Reborn...y el que debe de estar agradecido de que estés en mi vida, soy yo- Me dice Raúl en voz baja, pegado a mí. Yo lo miro, enternecido por sus palabras, sintiendolas en mi corazón, pues nada me llenaba más el alma, que escuchar a la persona que más amaba agradeciéndome por estar en su vida, algo que para mí era un honor, era un auténtico privilegio.
-Gracias a ti...por permitirme estar en tu vida...- Le respondo, en voz baja- Y pienso seguir así, contigo, por el resto de mis días...te lo prometo amor- Agrego, recibiendo de Raúl una sonrisa y un asentimiento de cabeza.
-Me parece perfecto- Me responde, acercándose de nuevo a mis labios, sellando con su beso esa promesa, la de estar juntos siempre.
Luego de unos segundos de un beso sumamente dulce, nos separamos, mientras de reojo, veo aún la ciudad llena de pequeñas luces, sin embargo, podía notarse cómo el sol de la mañana estaba amenazando con salir.
-Vamos a dormir, que en unas horas tenemos trabajo...- Le comento, y él asiente, para después, recostarse de nuevo en la cama, mientras yo tomo mi móvil, poniendo una alarma para dentro de unas horas, y una vez hecho esto, me recuesto en la cama al lado de Raúl, pegandolo a mí, abrazándome a su cuerpo desnudo, sintiendo sus brazos rodearme, y su cabeza esconderse en mi cuello.
-Descansa cariño- Me dice en voz baja, haciéndome sonreír.
-Descansa mi vida- Le respondo, pegandolo más a mí, cerrando mis ojos, sintiéndome completo, feliz, absolutamente enamorado, y así, con ese sentimiento de plenitud tan satisfactorio, me quedo dormido.

¿Solo mi jefe?Where stories live. Discover now