Capítulo 08

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El miércoles, El Día, WangJi se despierta con náuseas

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El miércoles, El Día, WangJi se despierta con náuseas. Corre al baño y llega justo a tiempo para vomitar en el retrete. Cuando termina de vomitar, se toma un momento para recuperar el aliento antes de enjuagarse la boca y cepillarse los dientes para quitarse el sabor a bilis.

Se ducha y medita todo lo que puede con su mente en caos.  Repasa sus tareas del día, utilizándolas como un mantra que le da valor para hacer lo que tiene que hacer. Hoy irá al banco a vaciar sus cuentas y su caja de seguridad. Cruzará la ciudad para ingresar los cheques en sus cuentas de la cooperativa de crédito y abrir una nueva caja de seguridad. Regresará a casa de su tío para estar allí cuando lleguen los de la mudanza esa misma mañana.

Se salta el desayuno porque sabe que no va a poder contenerlo. Eso da credibilidad a su excusa cuando llama al trabajo diciendo que está enfermo. Su asistente menciona su palidez de ayer y le ofrece su solidaridad prometiéndole que le despejará la agenda del día. Se viste "de incógnito", es decir, lleva unos jeans oscuros, una camiseta Henley azul y zapatillas de deporte. Se recoge el cabello en un moño desordenado y lo sujeta con un coletero rojo que ha tomado prestado (robado) de Wei WuXian. Necesita llevar consigo algo de su exesposo para infundirse valor.

Cuando sale de casa para ir al banco, no hay rastro de XiChen. Ni siquiera está seguro de que su hermano siga en casa. Espera verlo pronto, porque le gustaría tener tiempo para explicarle lo que ha hecho. Llega al banco diez minutos después de su apertura. Se echa la bandolera al hombro, respira hondo y entra, dirigiéndose al personal de recepción y solicitando el gestor de cuentas que HuaiSang le había dicho que pidiera. Le aseguró a WangJi que la mujer estaría trabajando hoy.

Ella lo está, y lo invita a pasar a su despacho, donde él se sienta frente a ella, con el escritorio entre ambos.

¿En qué puedo ayudarle, Sr. Lan?—, le pregunta.

Él mete la mano en la bandolera y saca su licencia para conducir y el pasaporte como documentos de identidad. También le entrega la prueba de que es el padre legal de Lan Yuan y los registros bancarios de ambas cuentas con sus números de cuenta.

Quiero vaciar los fondos de estas dos cuentas y cerrarlas—, dice con toda la calma que puede.

La mujer toma los documentos y hace algo con su computadora. Presumiblemente está mostrando la información de su cuenta.

Ya veo. Hmmm. Este es la cuestión, Señor Lan. Puedo cerrar estas cuentas por usted, pero para cuentas de este tamaño, tengo que notificarlo a la alta gerencia para su aprobación final.

Se le encoge el corazón y cree que va a volver a vomitar. Si tiene que hablar con la alta gerencia, sabrán que está aquí. El banco está afiliado a su familia y es leal a ella. Reconocerán su nombre. Sabrán que está tratando de cerrar sus cuentas. Ellos alertarán a los ancianos Lan ...

La Casa de mi Vida By Terri Botta (Isilwath)Where stories live. Discover now