Sinopsis: Un otaku reencarna en Dragon Ball con un Sistema Gamer. En el momento en que nació supo que andaba en peligro... Era un Saiyajin el hará lo que sea para ser el mas fuerte y proteger a sus aliados y sus seres queridos.
(Imágenes y personajes no son de mi propiedad todos los derechos a sus respectivos creadores).
Tengo que ver 153 capitulos de dragon ball para continuar con esta historia, y todavía faltan por demás, pero con tal de hacer esta historia y bien hecha, me tengo que rifar la misión.😎🤙🧐
[Satoru]
[Nivel: 35 (20,250 unidades de poder)]
[Edad: 9 años]
[Habilidades:
- Teletransportacion (ver detalles)
- Cañón Galick
- Ocultación de Ki
- Puño Dragón
Puntos actuales: 560]
Los puntos servirán para comprar algunos artículos del mundo de Dragon ball, ya sea para intercambiarlo por comida o cualquier cosa.
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Aclaro que hare con goki (goku mujer) aprenda algunas técnicas no tan fuertes pero si básicas, ya que tendrá a Satoru a su lado.
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"Era inevitable que esto pasara, al final no podemos cambiar lo que ya está escrito." Pensó Satoru mientras le daba sepultura al cuerpo de viejo Gohan, lo enterró en un bosque cerca de la casa, o bueno de lo que quedaba de esta.
"Soy demasiado fuerte... Nah no lo soy en comparación con los demás seres de este universo."
El sol empezaba a salir por el horizonte. Satoru estaba pensando en como ganar mas poder, quería aun mas poder para poder derrotar a los villanos de los siguientes años, tal vez era fuerte con su poder actual, pero se le vino a la mente un gato egipcio. "Supongo que estará dormido, aun así saber de su existencia y saber que con un estornudo puede aniquilar un planeta, eso da miedo."
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La blanca piel de Goki era cubierta por una manta, los rayos de sol empezaron a golpear su cara lo que provocó que hiciera una cara de molestia, abriendo poco a poco los ojos noto que ya era de dia, incorporándose del suelo donde estaba acostada con una manta vio a todos lados.
Sus ojos se abrieron con sorpresa al ver su casa, su hogar, el lugar donde había vivido sus primeros años con su abuelito ahora destruido, no recordaba nada de lo que había pasado, ni mucho menos el como estaba lejos de ahí.
"Por fin haz despertado." Una extraña voz que ella no reconocía sonó a sus espaldas, dando un salto y dándose la vuelta poniéndose en guardia miró a la persona. Lo miro de pies a cabeza este era un chico pelinegro con pelos puntiagudos, traía una extraña armadura, pero lo que más le intrigaba era ver que el, al igual que ella tenía una cola de mono.
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