𝐈𝐋𝐇 ⌇ I give her all my love, that's all I do and if you saw my love 𝙮𝙤𝙪'𝙙 𝙡𝙤𝙫𝙚 𝙝𝙚𝙧 too.
Harriet Rose amaba la vida, el otoño y
los libros. Mientras que Charlie amaba
l...
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Septiembre, 1959.
EL DÍA ESTABA SOLEADO Y LA ACADEMIA ESTABA MÁS VIVA QUE NUNCA. Era el inicio de un nuevo año escolar para los futuros hombres más importantes de Estados Unidos, según Welton.
Harriet llevaba un nuevo corte de cabello, su largo cabello rubio ahora era casi blanco y más corto, apenas y llegaba a sus hombros.
—Muy bien muchachos... y señorita. A sus lugares. —indicó un profesor, alzando la voz para que todos les prestaran atención.
—Acércate —le ordeno Henry, jalándola del brazo hasta que estuvo a su lado.
Harriet se quedó de pie al lado de su padre, con su mirada al frente y la espalda recta. Muchos padres de familia observaban con algo de molestia el que ella estuviera ahí, era raro y temían que afectara el rendimiento académico de sus hijos.
La música comenzó a sonar, dejando que los chicos supieran que la ceremonia de bienvenida ya había comenzado.
Cuatro chicos entraron, cada uno con un estandarte de la Academia.
—Damas y caballeros —comenzó a hablar el señor Nolan–. Muchachos, la luz del conocimiento.
Entonces uno por uno comenzó a prender sus veladoras, ayudándose de la vela de alguno de sus compañeros que ya tenía fuego. Los aplausos comenzaron a sonar y el señor Nolan volvió a hablar.
—Hace 100 años, en 1859 —continuó hablando, sonando orgulloso—, 41 muchachos se sentaron en este salón y respondieron la misma pregunta que ahora los saluda al principio de cada semestre. Caballeros, dama... ¿Cuales son los cuatro pilares?
Todos los jóvenes se levantaron con rapidez—. Tradición, honor, disciplina, excelencia. —respondieron en voz alta todos juntos, incluida Harriet.
Luego de eso, volvieron a tomar asiento, observando a Nolan.
—En su primer año, 5 estudiantes se graduaron de la Academia Welton —relato, paseando sus ojos por todos los presentes—, el año pasado se graduaron 51. Y más del 75% de ellos pasaron a formar parte de la Liga Ivy.
Los aplausos volvieron a sonar, interrumpiendo al señor Nolan, que no tardo en alzar más la voz y volver a hablar.
—Este logro es el resultado de la dedicación ferviente hacia los principios que aquí enseñamos. Es la razón por la que ustedes, padres, nos envían a sus hijos. —dijo sonriendo levemente—. Por eso somos la mejor preparatoria de Estados Unidos.
