Capítulo 2

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Cap.2

Ya había pasado algo más de una semana desde el recital, y yo no puedo parar de pensar en esa chica, en su preciosa y dulce voz que sonaba en mi cabeza día tres día como un disco rayado y su nombre lo repetía constantemente, inconscientemente lo hacía porque tenía miedo de olvidarla, solo pensaba en cómo encontrarla y tenía una idea, pero me daba vergüenza llevarla a cabo, en realidad es algo sencillo, pero para según qué cosas soy un poco vergonzoso, a veces no prestaba atención a mi alrededor y solo podía pensar en ella, de hecho ahora mismo estaba en una sesión con el grupo de apoyo y ni siquiera sé de qué están hablando. Y por sorpresa noto como Ian me da un ligero golpe con el codo en mi brazo.

-Cameron, ¿Te pasa algo? ¿Hace rato que te he preguntado y no me respondes?- me dice la señora Peterson, ella es una anciana muy cariñosa que se dedica a monitorear el grupo

-Perdone señora Peterson, estaba concentrado, ¿Podría repetir la pregunta?- le sonrío educadamente

-Claro cielo, estábamos hablando sobre el amor y afecto hacia otras personas ¿Qué opinas respecto este tema?- me dijo curiosa y ansiosa a mi respuesta

-Pues... es un tema del cual no suelo hablar mucho, y para mí el amor no existe, puedes sentir afecto y cariño hacia una persona, pero ¿quererla tanto como para decir que estás enamorado de ella? Creo que es algo imposible, creo que el amor solo forma parte de las historias y las películas- siempre que sacan este tema me pongo frío

-Tío no seas aguafiestas, todo el mundo se puede enamorar- me suelta Ian con total comodidad

-Ian, mírame, ¿quién narices va a querer estar con un ciego desgraciado, amargado y frío?- eso había dolido, y me estaba hartando de esta situación y por suerte ya era la hora de ir a casa

-Bueno chicos, tener un buen fin de semana y cuidaros, nos vemos el Lunes- dice la señora Peterson y así poco a poco la aula se va vaciando y justo antes de salir escucho como ella me llama

-¡Cameron!- silencio total por parte de ella, como si estuviese pensando bien lo que decir -Algún día la encontrarás- y dicho esto se va dejándome a mí en la puerta del aula pensativo, pero Nil me saca de mis sueños

-Cam, ¿vienes? Creo que tu madre por primera vez en la historia de los tiempos ha llegado puntual, esto tenemos que celebrarlo - dice divertido, y yo le sonrío

Hoy voy a casa de Ian a pasar la tarde, no es que hagamos gran cosa, pero seguramente nos pondremos a ver algún partido de rugby, a los tres nos encanta el rugby, pero al principio ellos rechazaba esa idea ya que pensaban que yo me sentiría mal al no poder observar el partido, y así me sentía al principio, pero con el tiempo me acostumbre a poner más atención al comentarista y me lo imaginaba todo en mi cabeza, lo divertido es cuando acaba el partido, los tres nos empezamos a picar y acabamos lanzándonos cojines, casi siempre salgo perdiendo, pero las risas que nos echamos no las cambiaría por nada.
Y esos mismos hechos pasan hoy por la tarde:

-Tío, acéptalo han ganado los mejores- les digo tras la victoria del equipo al que yo apoyaba

-De eso nada, ¡el árbitro estaba comprado!- acaba gritando Ian

-Aprende a perder y cállate- me gustaba hacerle de rabiar así que con mis dedos hago una L de "loser" y le empiezo a chinchar

-¡Auch!- Grito al sentir caer un cojín en mi cara, oh si, aquí empezaba otra de nuestras guerras con cojines. Puede sonar infantil, pero nos lo pasábamos bien, y tras unos largos minutos de guerra y risas aparece el silencio, y percibo nuestras respiraciones alteradas y cuando escucho que ya están calmadas Nil me dice

-Oye, ¿a que venía todo lo que has dicho esta mañana en el grupo de apoyo?- sé que tenía una ceja levantada y estaba poniendo su cara de interés total

Lo mejor de míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora