El abrazo que salvó su corazón de la soledad

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—La señorita está aquí una vez más...

Un pequeño susurro sonó entre la noche, la suave luz de la luna baño lentamente la habitación.

Una cama yacía en medio de una pequeña sala, lo suficientemente grande para albergar dos personas fácilmente.

La habitación era amplia y acogedora, aunque no poseía lujos como las habitaciones personales de los señores del ducado Fox poseía un encanto hogareño.

La nieve caía lentamente alrededor del gran castillo, una hermosa imagen se retrato desde el ventanal, como un cuarto hermosamente hecho para una familia acaudalada.

La mujer se despertó pero no se movió, acostumbrada ya a esta rutina.

Ella espero pacientemente a que un pequeño cuerpo se meta en las sábanas.

No le importó, estaba acostumbrada.

Pronto sintió como aquel pequeño cuerpo se metió en sus brazos, ávida de afecto y necesitada de calidez se hundió en la suavidad de su gran pecho.

Ella le respondió con un suave abrazo, como si le asegurará a la pequeña que todo estaría bien.

—Snif... Snif...

Pronto pesadas lágrimas escurrieron por su piel, seguidas de un temblor.

—Otra vez... ¿Por que son tan crueles con una pequeña? —la mujer que sostenía en sus brazos a aquella niña se pregunto en su mente.

Su hermoso cabello verdoso caía como una cascada en las sábanas.

Ella no se movió.

Simplemente dejo que suceda.

Su señorita era una niña, pero aún así tiene miedo de mostrar sus verdaderos sentimientos.

La pequeña muchas veces lo había intentado antes, pero solo recibió palabras agresivas llenas de desdén.

Aquellos nobles que la trajeron al mundo no merecían ser llamados padres.

—Si tan solo pudiera llevarte lejos de aquí... —Penso la castaña, sus labios frunciendose con decepción.

—No importa... Yukong estará aquí para ti. —Se prometió así misma la mujer.

Su corazón cantando un juramentó en respuesta a sus sentimientos.

Su cola como una víbora se dirigió hacia la pequeña niña en sus brazos.

Lenta y cuidadosamente se enroscó en la pequeña cola de color café de la niña.

Un suave abrazo, un suave toque.

Un simbolismo profundo en su raza.

Después de todo, las colas de la raza kitsune significan mucho más que un simple apéndice.

Yukong sintió como la pequeña Tingyun se estremeció en sus brazos una vez más, ella solamente la mantuvo en su cálido abrazo.

La pequeña señorita Fox levantó su mirada, asustada por la sensación que sintió en su cola.

Nerviosa, temerosa busco en el rostro de aquella mujer que había entrado en su vida.

Pero no encontró nada extraño.

Solo el hermoso rostro de su sirvienta, pacifico y tranquilo como el estanque de un lago.

Aunque temerosa de represalias no pudo evitar así confiar en su sirvienta.

Sus pequeños pies la trajeron sin su permiso a este lugar una vez más, desesperada por sentir aquella calidez una vez más.

Tan necesitada de afecto, tan ávida de atención.

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⏰ Last updated: Dec 18, 2023 ⏰

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