18.

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Me había quedado dormida, me levanté y vi varias llamadas perdidas de Ama, decidí llamarla.

—¿Qué pasó, Ama?

—Amor, abre la puerta, estoy afuera.— dijo y colgó la llamada.

¿Por qué me hablaba tan cariñosamente si ayer estaba molesta?

Fui a abrir y estaba parada con bolsas en la mamo, supuse que era la cena.

—Hola, ¿puedo pasar?

—Sí, pasa.

—Traje comida.— sonrío.

Dejó la cena en la mesa y me abrazó muy fuerte.

—¿Todo bien?— preguntó.

—No, es una larga historia, no quiero hablar de eso ahora.

—Me lo contarás después, sabía que no estabas bien.

—¿Cómo lo sabías?— se puso nerviosa.

—Por alguna extraña razón lo sentí, pero no importa, comamos y pasemos una buena noche, no quiero estar mal contigo, me equivoqué.

No quería volver a pelear con ella.

—Tranquila, comamos mientras vemos una película.

—Una de Harry Potter.— respondió, a ella le gustaba mucho las películas de Harry Potter.

—Me has obligado a ver todas las películas de Harry Potter, un poco más y me sé los diálogos.

—Que exagerada wey, te seguiré obligando a que las veas.— reí.

Fuimos a comer al mueble para poder ver más cómodas la película. Terminamos de cenar, la película aún seguía, me estaba quedando dormida en el hombro de Ama. No sé cuánto tiempo me habré quedado dormida pero ella me levantó diciendo que ya había acabado.

—Al fin.— bromee.

—Hay que ver la que sigue.— dijo.

—¿Y si hacemos otra cosa?

Sinceramente a mí no me gustaban mucho esas películas.

—¿Cómo qué?

—Pues no sé, ¿tienes alguna idea?— vi como una sonrisa se formaba en su rostro.

Se fue acercando poco a poco a mi, no sé porque estaba nerviosa, me dió un beso dulce y tierno.

—Te amo.— habló mientras se separaba.

—Yo también.— dije para después darle otro beso.

Este beso ya no fue muy tierno, fue un beso más desesperado y con pasión, la situación iba pasando de tono, ella agarraba mi cintura mientras mis brazos rodeaban su cuello.

Me fui echando en el mueble con ella, sus besos empezaron a bajar hacia mi cuello, estaba apunto de pasar su mano debajo de mi blusa pero tocaron la puerta.

—¿Esperabas a alguien?— preguntó algo agitada.

—No.— hablé de igual manera.

—Voy yo a abrir la puerta.— comentó y yo asentí.

Me arreglé un poco y ella también, me quedé observando como Ama  abrió la puerta, vi quien era y me sorprendí, después de todo, ¿qué hacía Samantha aquí?

¿Amigas? (Rivers x tú)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora