Impuro [BibleBuild]

12.

Los hermanos Sumettikul.

Bible y Barcode.

Buena combinación, pero ni así Build se convencía completamente de lo que escuchó antes. Y por supuesto sus deseos de preguntar y entender eran prominentes. Aunque no tanto como su orgullo.

Se encontró a Bible a la salida del recinto. Intercambiaron un par de miradas. Build fue el primero en cortar el contacto dada su urgencia por salir de ahí para dejarle en claro que no tenía ganas de dirigirle la palabra en esos momentos. Bastante gracioso, de alguna forma, porque durante buen tramo Jakapan pensó que Bible no se daría por vencido. Y que lo seguiría.

No fue así.

Bible ni si quiera se inmutó de su presencia. No fue detrás de él. No pensaba hacerlo.

Así que Build llegó a casa con el mismo silencio que siempre lo recibía. Sabiendo que no volvería a escuchar su propia voz sino hasta la noche o al día siguiente cuando estuviera acompañado de otras personas. Tampoco era muy probable. En la universidad apenas si intercambiaba una que otra frase con sus compañeros. Y su momento de mayor expresión era con la mujer que atendía la cafetería de campus.

Pues bien. Se resignó a prisa. Tomó un baño. Se preparó algo de comer. Devoró todo mirando la serie de interés en esos días y se quedó ahí en la mesa enfocado en su celular hasta que el capítulo acabó. Fue el lapso suficiente para permitirle descansar después de un día tan agotador. También intentó curarse la herida del labio. No hizo mucho. Algo de pomada nada más y un parche circular y pequeño del color de su piel que le tapaba la abertura.

Lavó los trastes utilizados.

Limpió la mesa a pesar de que en ésta no había ni un residuo de comida.

Se encaminó a su habitación avanzando con pereza y recelo.

Pasó toda la tarde estudiando en el computador y con sus anotaciones diarias. Para concentrarse puso música y se colocó los audífonos desentendiéndose del resto a pesar de saber que nada ni nadie le interrumpía.

Build adoptó esta costumbre desde que estaba en la escuela media. Siempre fue una persona que se distraía demasiado rápido y con cualquier cosa. Los ruidos externos le provocaban la suficiente curiosidad como para querer procrastinar a pesar de saberse muy ocupado.

Un día descubrió que la música le ayudaba a seguir un hilo en su cabeza y desde ese momento no soltó dicho recurso.

Recordó entonces aquellos ayeres en los que se pasaba hora tras hora en su dormitorio repasando lecciones. Enlistando los temas necesarios para el estudio y escribiendo notas que le ayudaran a agilizar su cabeza en la retención de información exacta.

La abuela tenía la costumbre de interrumpirlo ocasionalmente. Curioso, porque siempre acertaba con los momentos en los que Build estaba más concentrado. Pero no le molestaba la intervención. De hecho, sólo así sabía que era momento de darse un descanso en el que los panecillos de la abuela le ayudaran para refrescarse la mente y continuar con lo suyo.

Tuvo una oleada de nostalgia con este recuerdo. Pensó en la sensación del pan tibio amoldándose a su boca entre cada mordisco. En el dulce sabor del queso gratinado que le revitalizaba el corazón y lo ponía de buen humor. Inconscientemente se llevó una mano al estómago. Cerró los ojos ignorando el sonido de la música y las letras posadas sobre su cuaderno. Tuvo apetito. Pero no esa clase de hambre que aparece por mera necesidad e instinto. Sus ganas de comer vinieron de la memoria.

Anhelaba, por decirlo de alguna manera, los panecillos de su abuela.

La extrañaba a ella.

La música se pausó repentinamente. Build quiso comprobar el motivo creyendo que se acababa de quedar sin batería. Pero mucho antes de que volteara a ver el móvil éste vibró con fuerza e insistencia.