13

305 43 2
                                    

Del uno al diez Enid podria decir que estaba de humor un cien por ciento, la sonrisa en su rostro no se borro por lo que duro en la semana al igual que se la pasaba riendo una y otra vez con los mensajes lindos que la pelinegra mandaba, cuando el inicio de una nueva semana llego la ojiazul entro a la escuela con una sonrisa enorme, lo primero que hizo fue correr hacia sus amigos quienes la miraron con una cara de querer saber todo, cada detalle, cada movimiento, después de todos ellos sabian como le habia cautivado la pelinegra.

—Cuéntalo todo, chismearon completo querida amiga–Canturreo el chico de gorro mientras la asiática asentia con emocion.

—La cita fue hermosa–Suspiro anonada, con esa sonrisa que cautivaba–¿Por donde empiezo?, literalmente pido la plaza para nosotras.

—¿Plaza?, pero, ¿No se supone que Addams no es de mucha economía?–Cuestiono Tanaka con extrañeza y Enid le dio la razón.

—Lo es no te lo niego, solo que su amigo es el dueño de la plaza y ella le pido que se la prestara–Comento recordando lo dicho–Limpio toda una semana para poder ocuparla.

Ajax solto un chillido de emocion junto con Yoko, ambos emocionados, vamos era más que obvio el como ambas estaban hechas la una para la otra, ¿Limpiar toda una plaza solo con el deseo de llevarla a una cita? ¡Que ternura!, la pelinegra realmente era demasiado buena, Petropolus podria afimarlo porque el ha visto como la morena mira a su amiga, el oscuro en sus ojos decía mucho, resplandecian como la galaxia y murmuraban palabras las cuales la mas baja nunca decía, Tanaka apoyaría el veredicto porque ella analizaba mas las ojinegra, cada gesto hacia su amiga, como buscaba un mínimo tacto, como la sonrisa aparecia en ese rostro y como buscaba expresar su sentir con las acciones, Addams realmente era la indicada.

—¡Por dios! Es tan linda, que romántica–Chillo Yoko con una sonrisa mientras Ajax brincaba algo animado.

—¡Pero que ternura!–Bramo el joven de gorro con una sonrisa al ver las mejillas carmesí de la ojiazul–Chica omg, literalmente ella moveria cielo, mar y tierra por tenerte, no cualquiera limpia una plaza por una semana con la esperanza de tener una cita con quien quiere.

Enid sonrio, sus mejillas se volvieron carmesí y las mariposas se liberaron volando de forma glamurosa en su estómago, la castaña abrazo a su amiga mientras que el joven hacia tiernas burlas sobre la morena y su amiga abrazadas, besándose o haciendo cualquier cosa absurdamente lindas, la semana comenzaría de maravilla, la cita fue una gloria que esperaria volver a repetir.

Esa noche lo fue todo para ambas, podria asegurarlo y Sinclair moria por volver a ver ese bello brillo en los ojos de la más baja, sentir su frio tacto, mirar esa hermosa sonrisa que daba paso a esos maravilloso hoyuelos que le cautivaban, se sentía que eran solo ella y Merlina, no existía nadie más, solo ellas, su momento, su recuerdo, quería verla, moria por hacerlo y por ello su único pensamiento fue la morena, se dedico a seguir contándole la cita a sus amigos esperando encontrarse con la dueña de su sonrisa, de su corazón, porque esa noche Enid re afirmo que estaba enamorándose de la pelinegra o mas bien dicho, se enamoro.

.

.

Para Merlina su único pensamiento fue la cita, cuando el sol apareció a la mañana siguiente llamo a sus amigos contándole con emocion a ellos, debia admitirlo, parecía una niña pequeña emocionada y eso rara vez le pasaba, no era mucho de dejar salir a flote lo que sentía pero de alguna manera amar a Enid se sentía bastante bien, como un toque de libertad donde no se sentía juzgada por nada, como si estuviera todo correcto, la noche fue una dicha que moria por repetir una y otra vez.

Cuando la semana inicio la pelinegra tenia esa necesidad de regalarle algun detalle bello, era cierto no tenia mucha economía si no es por decir que casi nada y apenas sobrevivía con algo de dinero a la semana, guardo el poco dinero que sus padres les daban para asi comprar una hermosa flor, una camelia, recordaba que eran unas de las favoritas de la mas alta y si por ella fuera le compraría un ramo entero de ellas aunque claro apenas tenia para solo una, al salir para tomar el transporte paso por la florería del pueblo donde Thronin le atendió con entusiasmo.

Dos vidas,un amor •Wenclair•Where stories live. Discover now