De repente, morir durmiendo no sonaba mal.
• Portada hecha por mí.
• Idea original mía.
• Se shippean cubitos, no irl (obviamente).
• Si esto llega a los stremears, será borrada de inmediato.
• One-shot.
Atte: Zer_Ram.
Ayer soñé contigo, ojalá esta noche también tenga suerte.
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Roier estaba de aquí para allá, casi.
Era demasiado movimiento para él, demasiado para el que estaba acostumbrado él últimamente, el cual era casi nada, provocando demasiados mareos.
Fue más de una vez que casi se caía. Y fue más de una vez que se cayó.
── Mierda, mierda. ── Maldijo por lo bajo. ── ¡L-lo siento! Estoy así porque mamá vendrá y esto es un total chiquero. ── Habló, sin que ni el aire le responda. ── ¿Qué? ¡No! No vas a conocer a mi madre, e-ella es horrible. ── Empezó un mini discusión. ── ¡No insistas, Spreen, no la conoces como yo!
Y al terminar de gritar eso, su vista se nubló, un gran dolor de cabeza lo atacó y Spreen ya no estaba.
Cayó al suelo de rodillas, pequeñas lágrimas amenazaban con salir. O así era hasta que cayó desmayado en el suelo de su habitación.
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La puerta no dejaba de ser tocada. Primero con golpes leves, que fueron subiendo de nivel con el pasar del tiempo, hasta que terminaron en unos violentos, que hasta podrían alarmar a algunos vecinos.
── ¡Roier, carajo! ¿¡Podrías abrir!? ── Gritóaquellavoz femenina. Era la madre de Roier, se encontraba fuera del departamento de este desde hace más de media hora, y nadie le abría. ── ¡Más te vale no andar con algún hombre ahí, y por eso no estarme abriendo la puerta!
La señora iba a seguir tocando, de no ser porque empezó a escuchar pasos. Hubiera querido que fueran desde adentro del departamento, pero no, solo fue aquel señor que les cobraba la renta a todos.
── Discúlpeme, señora, ¿Pasó algo? He oído gritos desde abajo. ── Preguntó tranquila y educadamente aquel adorable señor.
La madre de Roier se recompuso, se calmó, y prosiguió a hablar.
── Sí, aquí vive Roier, ¿No? ── Preguntó, obteniendo una afirmación por parte del contrario. ── Bueno, yo soy su madre ── Hizo énfasis en lo último, esperando a que aquel castaño lo escuchara. ──, y no me ha abierto la puerta. Ni siquiera lo escuché caminar.
