1.

35 8 4
                                    

Emma pov.

"Si... creí que tendría la gasolina suficiente para andar a la plaza y de regreso, no vi que el aire acondicionado seguía prendido.", hice un mueca.

"Ya veo..." la oficial "Vanessa" como lo marcaba su placa de identificación al lado de su camisa, rascó su frente algo estresada. Se veía como alguien que ha trabajado muy duro en todo el día. "No hay alguna estación de gas cerca, la única podría ser hasta unos cuatro kilómetros supongo."

"La carcacha de Emma no llegará hasta allá, señorita oficial.", exclamó Abby.

"Abby..."

La oficial sonrió y hasta pude escuchar una pequeña risa.

"Si bueno, la carcacha de Emma tendrá que quedarse aquí entonces y pagar una multa."

Lo sabía. No debes confiar en todos los policías. Solo buscan la manera de sacarte el dinero que no tienes.

"Por favor oficial, no tengo mucho dinero, solo veníamos a hacer las compras de la semana, no es como que de pura casualidad me gusta dejar mi auto estacionado sin gas en cualquier lugar y dejarlo ahí para estorbar a la nada."

Dije ya exasperada.

"De acuerdo, estoy muy agotada para lidiar con esto. Bajen del auto, les ayudaré a con sus compras."

Abby sin dudar hizo caso y le pasó un par de bolsas a la oficial. Salí con otras en la mano y por lo tanto Abby ya no tuvo que cargar nada.

"Síganme."

Sin dejarnos preguntar al respecto nos guió hasta una patrulla, supongo era de ella.

"¿Iremos a prisión?", preguntó una Abby muy asustada, que después intento ocultarse tras de mi y aferrándose a mi suéter.

La chica comenzó a reír, y al igual que como yo hacía se agachó al nivel de Abby para hablar con ella.

"No las llevaré a prisión, las llevaré a casa, tal vez decida confiscar un bote de helado de los que cargan en la bolsa, pero la multa está perdonada."

"¿De verdad señorita?".

"De verdad."

La oficial guiñó una vez más, esta vez acercándose a mi para que solo pudiera oírla yo. Su cercanía me puso algo nerviosa, pero no tanto como para perder mi postura.

"Hablaba enserio sobre el bote de helado. Ahora suban."

Era el tono de su voz que había cambiado lo que hizo a mis piernas sentir un ligero temblor. No me gusta que me den órdenes, pero tendría que obedecer sino quería recibir una multa peor.

Al estar dentro del auto le di la dirección de la casa de Mike, y ella con una mirada en el espejo retrovisor me hizo entender que el camino iba a ser silencioso y un poco incómodo.
Sentía que me estaba odiando por cómo respondí hace unos minutos, lo cual no comprendo, no fue la respuesta más ingeniosa y grotesca que puedo dar.

Llegamos a casa y como sospechaba el auto de Mike no estaba. Insistí en que podía bajar las compras por mi cuenta mientras Abby abría la puerta, pero Vanessa tampoco dejó que eso sucediera. Me ayudó con las bolsas hasta el porche de la casa.

"Bien, espero que mañana puedan solucionar lo del auto, sino ya tengo los datos de tu casa y la matrícula por si acaso."

Parecía querer fastidiar, y mi humor se iba molestando más solo con el hecho de verla tan tranquila con sus brazos puestos en jarra como si fuera la gran cosa.

"No va a suceder nada. Mañana pasaré por mi auto. Gracias por traernos a casa of-"

"Dime Vanessa. Oficial lo siento muy abrupto viniendo de una chica como tú"

¿Una chica como yo? ¿A que se refiere con eso?

"Bien... Vanessa. Gracias."

"No es nada, Emma."

Recordó mi nombre.
¿Por que seguía parada como una tonta?

" Estoy esperando el bote de helado."

"¿Era enserio? Sabía que los policías eran hambreados pero no tanto."

Camine a la cocina y saqué el bote con el sabor que le gustaba a Mike, así no la sufría tanto.

"Aquí tiene."

Ella sonrió. Tenía una sonrisa agradable. Por poco me hace olvidar que casi me deja sin dinero.

"No era el sabor que esperaba, pero lo tomaré. Te veré luego Emma. ¡Adiós pequeña!", exclamó hacia adentro para despedirse de Abby, quien respondió de la misma forma.

Vanessa subió a su auto y la vi marcharse.

Entre a casa y comencé por preparar la cena. Abby estaba sentada en la mesa aún con sus colores y hojas dibujando.
Mientras dejaba que la pasta hirviera me senté a su lado.

"¿Que dibujas, niña?"

"A la oficial Vanessa platicando contigo. Ella me agrada."

En el dibujo se veía la cara de Vanessa sonriente y la mía algo molesta.

"¿Hey, pero por qué me ponías esa cara?"

"Por qué le hiciste esa cara a la oficial todo el rato."

"Claro que no. Estoy segura que le di una buena sonrisa."

"No lo creo."

Abby siguió coloreando, y pensé si realmente me había comportado como una grosera. Lo cual dudo mucho, pero a la perspectiva de Abby no quería verme como su hermano haciéndole la misma morisqueta a todos.

La cena estuvo lista. Llamé a Abby a la mesa quien por fin no dudó en sentarse a comer. Después de eso saqué el helado del congelador, tomé dos cucharas y nos sentamos frente al televisor. Puse en la videocasetera la película que Abby había elegido y solo intentamos disfrutar la noche. Hablo por mi al decir intentamos, pues seguía pensando en cómo podría seguir ayudando a Mike y también pensaba en cómo solucionaría lo de mi auto.

Se dieron las diez de la noche, había permitido a Abby dormir más tarde de lo usual, pero también merecía algo de diversión, después de todo me contó que en su escuela las cosas no habían marchado bien.
Me recosté con ella hasta que se quedara dormida y después regresé al sofá a ver la película que yo renté, y caí dormida no se hasta qué hora de la madrugada. Las cosas que daban vuelta por mi cabeza intentaron cesar. Conté hasta quedar dormida, y mi último pensamiento de la noche, fue mi situación con la oficial Vanessa.

You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Dec 23, 2023 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

The girl in the uniform (Vanessa Shelly x lectora)Where stories live. Discover now