10. Déjame Tranquila.

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El día había llegado, Fin de semana, 2 personas con sus futuros en riesgo, puede ser exagerado, claro, pero lo era.

Nerviosa como cada vez que veía a su padre, se puso presentable y cómoda con un short negro de licra pegado a su cuerpo y un top del mismo tono, su paliacate de la suerte y un maquillaje relativamente natural, salió al Roller, por suerte sus patines estaban allá por lo que solo tenía que correr para empezar a calentar.

Al llegar al Roller pudo ver qué desde la entrada hasta la entrada de los lokers y la pista había unas maderas negras que conducían un solo camino, agradecida por el gesto, llegó hasta los Lokers y se puso sus patines rápidamente.

Luego de unos minutos patino hasta la pista, a un costado se encontraba su padre, su peor pesadilla, la peor persona que podía existir para ella, era el.

A un lado estaba Juliana quien le sonreía  para calmarla cosa que agradecía Tn, era un manojo de nervios en ese momento.

– 1 minuto tarde Tn– Menciono su padre.

– Lo siento señor, no volverá a ocurrir– se puso recta como si de un militar se tratase.

– Eso espero, ponte a entrenar que no tengo todo el día– reclamo su padre.

Tn estando tensa, empezó a pensar en los momentos lindos que había tenido en el Roller, para no arruinar su coreografía, eso la estaba ayudando, sin embargo un grito de su padre la quito de su burbuja.

– OTRA VEZ!– Grito– Tu entrada estuvo mal.

Así la tarde paso y la música de la coreografía se repetía una y otra y otra vez, porque para el hasta respirar estaba mal.

– Creí que la iba a mejorar Juliana– Dijo su padre – No ha empeorarla – se quejo.

– Si solo se callará y dejará de interrumpir la coreografía podría ver el gran talento que tiene– protesto ahora Juliana.

– Yo no veo perfección– sentenció, Dada por terminada esa conversación.

2 horas más tarde Uribe puso a Tn de cabeza para que se manejara con los brazos y según el, tuviera más fuerza en ellos.

Tn sabía que esto iba a pasar, sus brazos ya le dolían, las piernas también, y su cuerpo ahora sacaba el dolor con lágrimas.

– Ya vete! No sirves para nada, inútil!– dijo su padre luego de empujar sus piernas, esto hizo que Tn se dieran un senton y aún que Juliana se iba acercar Tn la paro.

– No no, estoy bien Juliana– dijo la chica mientras se arrodillaba, como si nada hubiera pasado, al girar a buscar la mirada de su padre, no la encontró, el ya se había ido, y ni un hola le pudo decir. Luego Juliana se retiró al verla ya casi levantada

Harta de la situación se dejó caer en el piso, saco las lágrimas que todavía tenía atoradas, solo podía sentir el frío del suelo y unas manos grandes y frías tocando su mejillas, pero su vista no la podía enfocar.

– TN que te pasa– escuchaba muy a lo lejos.

– TN responde– está vez sacudieron sus hombros.

Pero ella no estaba en ese momento en la tierra, estaba en otro lugar, dónde solo existía ella y la calma que le era imposible de alcanzar cuando estaba su padre, luego de media hora la persona que la sacudía ya no la movía solo la sostenía.

No pasó mucho tiempo después cuando TN reacciono, pudo volver a enfocar su vista, sentía un cuerpo atrás suyo y sus mejillas totalmente mojadas.

– Ya paso pequeña– escuchó que Susurró la persona en su espalda, pudo reconocer esa voz.

La chica nueva / soy lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora