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Jaehyun recuerda perfectamente el día en el que Jaemin llegó a su vida.

Había sido bastante normal hasta ese momento, recuerda que estaba en la mesa con Doyoung, cada uno haciendo sus respectivas tareas mientras hablaban un poco y escuchaban música. De repente, el sonido de gente discutiendo llenó la sala de estar. Doyoung gruñó al verse interrumpida su tranquilidad, mientras que Jaehyun frunció el ceño con preocupación, normalmente estaba acostumbrado a eso cuando acompañaba a su padre en ciertos trabajos, pero nunca había pasado en su hogar. Jaehyun se levantó de su silla y caminó lentamente hacia el patio, escondiéndose detrás de la pared cuando vio a su padre discutir con un niño de cabello castaño. El alfa abrió los ojos cuando se dio cuenta de que aquél niño era demasiado parecido a él, escuchó atentamente lo que él decía. "¡Mi hermano está aquí!" "¡Quiero ver a mi hermano!" gritaba él, sin siquiera importarle ser sostenido por dos fuertes hombres y que la cabeza de la familia Kim estuviese apuntándole con un arma de fuego. Jaehyun tuvo que salir de su escondite para tranquilizar a su padre y darle una oportunidad al chico para que explicara lo que estaba pasando. Esa misma tarde, Jaemin se encontró sentado en la mesa de los Kim. llorando, mientras le decía a Jaehyun la historia de cómo había sabido de su existencia, que ambos eran hermanos de sangre nacidos en Corea y habían sido separados.

Jaehyun jamás se había sentido tan honrado, ese chico había arriesgado su vida para llegar a él. Esa fue la primera vez, pero lamentablemente no fue la última.

El alfa se alegraba de tenerlo a su lado, sin embargo, siempre pensaba en que su hermano no debía estar metido en las mierdas en las que él estaba, porque Jaemin no había sacrificado tanto para esto. Todas las noches desde que el omega había elegido seguirlo a Estados Unidos luego de casi morir (otra vez) por salvarlo, él siempre pensaba lo mismo.

Incluso en ese momento cuando veía como los paramédicos lo subían a una ambulancia con rapidez para no perder un sólo segundo crítico, Jaehyun pensaba que él no debió buscarlo, que él no debió dejar que se quedara a su lado. Jung tuvo que alejarlo cuando pudo, tuvo que haberlo amenazado para que regrese a Estados Unidos con sus padres adoptivos y lo dejara en paz.

Porque ahora, por Jaehyun y solamente su maldita culpa, Jaemin estaba en la sala de operaciones con los cirujanos luchando para salvar su vida, y él solo podía quedarse llorando en la sala de espera.

Las horas pasaban lentamente para Jaehyun, él había decidido pasear por el hospital mientras su hermano salía de la riesgosa operación, sin darse cuenta, terminó en el cuarto de Kim Doyoung.

Toda la situación del maldito bastardo había sido mucho más fácil que la de su hermano, porque a pesar de que habían sido dos balas, no cayeron en lugares riesgosos. Doyoung no tuvo inconvenientes, Doyoung no luchaba por su vida, Doyoung había sido operado sin problemas, y ahora sólo faltaba que el alfa despertara, si es que Jaehyun le permitía hacerlo...

Jung tomó el cojín que reposaba en el sofá para los visitantes y lo apretó con fuerza entre sus manos, acercándose rápidamente a la camilla donde dormía Doyoung. Su corazón latía a mil por hora y su mente maquinaba muchas cosas en ese par de minutos. ¿Debería o no debería?

― No lo hagas. ― el sonido de esa desconocida voz, hizo que Jaehyun lanzara el cojín al suelo, como si no hubiera pasado nada. Con el ceño fruncido giró hacia el chico que lo miraba con una sonrisa triste. ― Tú debes ser Jaehyun.

― Sí... ¿Quién eres tú? ― respondió confundido, luego se dio un golpe en la cabeza por ser tan tonto. El chico estaba vestido de enfermero, ¿Quién más podría ser además del enfermero encargado del imbécil de Kim Doyoung?

Sin embargo, no esperó la respuesta del contrario.

― Soy Lee Jeno... El alfa de Jaemin. ― Jaehyun abrió mucho los ojos por la noticia. Se había quedado demasiado sorprendido que ni siquiera pudo reaccionar cuando el pelinegro se acercó a él, mirando con asco a Doyoung en la camilla. ―  Cuando me enteré de quién era y lo que le había hecho a Jaemin, tuve tantas ganas de... Matarlo. ― murmuró el tal Jeno cambiando de tema drásticamente, con el ceño fruncido y una mueca extraña en el rostro. Su semblante había cambiado a uno más sombrío y eso le pareció interesante a Jaehyun.

Mafia 𖦹 𝙅𝘼𝙀𝙔𝙊𝙉𝙂Donde viven las historias. Descúbrelo ahora