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Me presento, mi nombre es Ailén Álvarez y tengo 28 años. Soy de Buenos Aires y trabajo como psicóloga, mi profesión que amo desde los 14 años.

Todo empezó cuando mi padre sufría depresión con pensamientos suicidas todo el tiempo, llegaba al nivel de intentar matarse de mil maneras y nunca lograba su objetivo porque siempre era salvado.

Hasta que se disparó a él mismo varias veces y logró acabar con su vida cuando yo tenía 17 años. Termine el secundario y decidí estudiar psicología para poder entender la mentalidad de las personas y poder ayudarlas.

Hoy arrancó a trabajar en la casa rosada como psicóloga de Santiago Caputo, asesor del presidente Javier Milei. Pero no me llamo él, sino que fue Karina Milei quien se preocupa por los trabajadores del partido político de La Libertad Avanza.

Por suerte él acepto a una charla aunque no estaba muy decidido, según me contó Karina, aunque estoy segura que le hará bien.

Llegué a la casa rosada, me baje del Uber y me fui directo a la oficina de Karina Milei dónde me llevaría con el paciente ya que no conozco el lugar.

_ Que bueno que llegaste porque alguien tiene un humor que mejor te lo dejo a vos -dice mientras se levanta de su silla y me lleva hasta la puerta donde salimos juntas- es un chico que tiene muchas cosas en su cabeza. Los periodistas, fotógrafos y ciudadanos comunes están todo el día encima suyo.

_ Eso tendré que hablarlo con él y ver qué sucede en su vida porque nadie más que uno mismo sabe que nos sucede -dije mientras caminamos hasta una puerta con el número 18-

_ Ya verás que es un gran hombre -dice y toca la puerta que al instante se abre y deja ver la figura de un hombre con pelo castaño y una mirada apagada- Santiago te presento a Ailén, tu nueva psicóloga.

_ Pasa Ailén -dice él mientras se va caminando a su oficina- cerra la puerta cuándo entres.

_ Suerte -me dice Karina y se retira cerrando la puerta-

Él se sienta en su silla y acomoda unos papeles en su escritorio, mientras yo me sentaba en la silla de enfrente para poder charlar.

Se lo notaba nervioso, insultaba por lo bajo mientras miraba a la pared y luego me mira con una cara sería.

_ Dale habla, empezá con tus preguntas que sé que me tratan como loco y enfermo en esta agrupación, y estoy a nada de dejar todo a la mierda -dice alterado con un tono de voz fuerte- estoy cansado de todos.

_ Y por qué crees que te tratan como loco y enfermo? -le pregunté-

_ Porque te llamaron para que vengas.

_ Me llamaron porque están preocupados por vos y quieren saber que te sucede. Como psicóloga tengo prohibido decir lo que hablemos en las charlas, todo lo que vos me digas solo lo sabremos vos y yo -dije y él empezaba a moverse de un lado para el otro, mostrando que estaba alterado- quiero que me tengas confianza para decirme tus cosas y yo poder ayudarte porque sé lo feo que es no poder contar con alguien cuando estás en un mal momento.

_ Eso le decís a todos tus pacientes para hacerlos felices y lamento decirte que conmigo eso no funciona, yo no me creo esa mentira.

_ Listo, no crees que necesitas mi ayuda así que me retiro -dije agarrando mi mochila que deje en el respaldo de la silla-

_ Ándate y no vuelvas, nunca más me volverás a ver porque voy a renunciar a esto y me tomaré el palo -exclama fuerte mientras yo abría la puerta de la oficina y me iba-

Decidí hablar con Karina y decirle que le dejaba mi número para Santiago por si me necesitaba en algún momento que él crea.

Ella lamenta el comportamiento de él pero le dije que no importaba, solo que me llamen cuando la persona que quieran que tenga una charla conmigo este de acuerdo con eso.

Psicóloga (PAUSADA)Where stories live. Discover now