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Ailén estaba decidida a no rendirse y esperaba que Santiago cambiara de parecer. Así que un día, después de varios días de no verlo, decidió tomar la iniciativa y ir a visitarlo.

Santiago la recibió con frialdad, y Ailén se sintió desalentada. Intentó hablar con él, pero Santiago se mostró distante y no parecía querer saber nada de ella.

Ailén decidió no insistir y se marchó de la habitación. Se sentía muy triste y abatida por la situación.

Pero, a pesar de todo, Ailén no iba a abandonar a Santiago. Tenía la esperanza de que con el tiempo, Santiago recuperaría la memoria y volvería a ser el mismo de siempre.

Mientras Ailén estaba esperando impacientemente por cualquier noticia de Santiago, el presidente la visitó en el hospital.

_ Hola, Ailén -le dijo con una sonrisa- como estás? -le pregunta-

Ailén le devolvió la sonrisa débilmente.

_ Estoy triste -dijo- Santiago me ha pedido que no lo moleste y no sé qué hacer.

El presidente puso su mano sobre el hombro de Ailén y la consoló.

_ Sé que esto debe ser muy difícil para vos Ailén -le dijo con compasión- pero debes ser fuerte. Santiago está tratando de recuperar la memoria y necesita espacio para hacerlo.

Ailén asintió lentamente.

_ Lo sé -dijo- pero me cuesta mucho dejarlo solo.

_ Es lo mejor que puedes hacer -dijo el presidente- dejar que Santiago se recupere a su propio ritmo y estar ahí para él cuando lo necesite.

Ailén asintió con la cabeza y se dio cuenta de que el presidente tenía razón.

"Lo intentaré -dijo Ailén- Espero que todo vaya bien para Santiago".
El presidente asintió y le dio una palmadita en el hombro.

_ Todo saldrá bien -dijo tranquilamente- tenes que tener fe y paciencia.

Ailén asintió de nuevo.

(...)
Santiago estaba confundido y asustado. No recordaba nada de su vida anterior y no entendía por qué todos los que lo rodeaban parecían saber tanto de él.

Era como si su vida entera hubiera sido borrada de su memoria y él no tuviera nada que pudiera recordar.

Todos los días, despertaba en la cama del hospital y no sabía por qué estaba allí. Le resultaba muy difícil creer todo lo que le decían los demás sobre su vida anterior

No tenía ni idea de por qué estaba en el hospital ni de quién era Ailén. Se sentía solitario y aislado en su nueva vida, y no sabía qué hacer.

Santiago comenzó a preguntarse por qué había perdido la memoria. Se sentía frustrado por no ser capaz de recordar nada y empezó a sospechar que algo no iba bien.

Comenzó a tener visiones y sueños borrosos, como si estuviera intentando recordar algo pero no lograra hacerlo.

Cada día que pasaba, Santiago se sentía más confundido y aislado de los demás. No sabía qué hacer ni cómo sentirse.

Un día, Santiago decidió tomar una decisión: irse del hospital y buscar las respuestas por su propia cuenta.

Pero, a pesar de todo, Ailén confiaba en que Santiago volvería cuando estuviera listo. Seguía esperando pacientemente, confiando en que Santiago encontraría las respuestas que estaba buscando.

Pasaron varios días sin que Ailén recibiera noticias de Santiago. Empezó a preocuparse y se dedicó a buscarlo por todas las vías que pudo.
Preguntó a sus amigos y familiares si habían visto a Santiago y revisó todos los lugares que creía que Santiago podría estar.

Psicóloga (PAUSADA)Where stories live. Discover now