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01:45 AM
Era muy tarde y decidí que Santiago se quede a dormir en mi casa para poder estar en otro ambiente. Mi mamá me trajo ropa que es de mi hermano que se fue de viaje y se la pude dar a mi nuevo compañero de habitación para que se pueda cambiar.

En mi habitación tengo dos camas, una mia y otra de mis amigos cuando se quedan a dormir.

Santiago sale del baño con la ropa de mi hermano puesta y se sienta en el sillón a mi lado, aunque tenía muchas ganas de fumar. Se nota que él luchaba con su adicción a la nicotina. Aunque sabía que era malo para su salud, tenía dificultad en dejar de fumar.

_ Santiago, no te importa lo que esto le hace a tu salud? -le pregunté refiriéndome al cigarrillo-

Él se encogió de hombros y me respondió:

_ Ya lo sé, pero no puedo dejarlo.

Lo mire con comprensión y le dije:

_Te entiendo, pero no quiero verte arruinando tu salud. Tienes que intentar dejarlo por tu bien.

_He intentado dejarlo por mi cuenta, pero no he podido. No es fácil esto Ailén, si fuese como crees ya hubiera dejado de fumar hace años.

_Lo entiendo. Voy a estar con vos a cada paso del camino para dejar de fumar y juntos vamos a lograr superar esa necesidad del cigarrillo. Te lo digo como tú psicóloga y como amiga.

Santiago sonrió y me abrazó.

_ Gracias Ailén, eso me ayudaría muchísimo.

_ Tengo que irme a dormir, porque mañana tengo un día largo de trabajo en la consulta. Querés venir a dormir a mi habitación? Tengo una cama más para que puedas dormir.

Santiago miró a Ailén con gratitud.

_ Claro, eso suena bien. No te quiero hacer perder el sueño, y además tengo que madrugar mañana para ir a la casa rosada.

Narrado
Ambos se fueron a la habitación y de acostaron en sus camas. Santiago se sentía agradecido por la compañía de Ailén y por su ayuda en su esfuerzo por dejar de fumar, sabia que con ella al lado suyo todo sería sencillo.

Él se despertó en mitad de la noche y notó que estaba en su cama Ailén. Ella se había quedado dormida y lo abrazaba.

Santiago se sintió reconfortado por la cercanía de su amiga, pero no quiso molestarla y se quedó quieto en su lugar.

Sin embargo, cuando Ailén se despertó un poco más tarde, no se inmutó al darse cuenta de que ella estaba en la cama de Santiago . Ailen preguntó si había dormido bien, y él le dijo que sí, que había dormido bien gracias a ella.

_ Gracias por tu apoyo y tu compañía. Me siento mucho mejor sabiendo que tengo a alguien que me apoya en esto -dijo Santiago-

Santiago y Ailén se levantaron de la cama y se prepararon para el día. Desayunaron juntos, conversando sobre sus planes para el día.

Santiago se encaminó a la Casa Rosada, donde tenía una jornada de trabajo intenso. Ailén, por su parte, se fue a la consulta a atender a sus pacientes.

Ambos sabían que tenían una larga jornada de trabajo por delante, pero se sentían agradecidos por el apoyo mutuo que compartían.

Mientras Santiago se dirigía a su trabajo, pensaba en Ailén y en el apoyo que le había dado. Se sentía más fuerte y seguro de sí mismo sabiendo que tenía a alguien que lo apoyaba en su vida.

De regreso en su oficina en la Casa Rosada, Santiago estaba concentrado en su trabajo, pero no podía dejar de pensar en Ailén y en la ayuda que le había dado.

Psicóloga (PAUSADA)Where stories live. Discover now