IX

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En una habitación del panteon Indio cierto dios mayor abria sus ojos lentamente.

La luz filtrada por los grandes y coloridos vitrales lastimo sus sensibles ojos provocando que un gruñido saliese de su garganta.

Shiva se sentía fresco, su cuerpo relajado y a pesar de estar algo pegajoso se sentía bien. El calor de los cuerpos ajenos también le daban un sentimiento cálido y reconfortante. . .

-¿Que mierda?

Murmuro al sentir como dos cuerpos se aderian a el como si de dos garrapatas se trataran. Uno de esos cuerpos lo reconocería en cualquier lado, Rudra era quien estaba a sus espaldas abrazandolo con sus cuatro brazos.

La otra persona en cambio, era mucho más alta que ambos dioses indios, poseía un cuerpo musculoso y formido. . .

-Joder como acabe en la cama con Raiden. . .

Había identificado rápidamente al Raikichi con solo abrir un poco sus maltratados ojos por la luz y ver aquel gigantesco cuerpo, despues de todo habia golpeado y destrozado parte de aquella complexión de la que tanto el humano se enorgullecía.

No entendia, conociendo el carácter celoso de Rudra era imposible que dejase a otro hombre subir a la misma cama que el, ¿pero entonces? ¿Como había acabado así?

Intento removerse un poco pero, un gemido escapó de sus labios.

-Que cojo_ Ugh. . .

Gruño nuevamente cuando ambos cuerpos se movieron apegándose más a el. Ahora que lo pensaba sentía algo que al menos en ese momento no debía estar lleno.

Con una de sus manos comenzó a palpar la zona. Quedo congelado al sentir lo que realmente tenía dentro. No solo Rudra tenia su miembro dentro ¡sino que también Raiden! Con razón había dolido, por muy altanero que fuese y por mucho sexo que tubiese con el dios de la tormenta todos los días ¡No podría albergar semejantes trozos de carne a la vez, mucho menos mantenerlos! Ahora la pregunta era. . . ¿Que demonios había pasado?

Con otro movimiento del dormido Raiden el cuerpo de Shiva se estremeció y junto con ello todas las zonas de su cuerpo que parecían estar dormidas se activaron todas a la vez.

Todo su cuerpo dolía como el infierno, ni hablar de aquel lugar donde aquellos dos gruesos falos se encontraban descansando ¿Acaso pensaban que su cuerpo era una vaina para ellos guardar sus espadas?

-Humano. . . Creo que a despertado de nuevo. . .

La voz grave de Rudra resonó en su oído dándole una serie de escalofrios deliciosos por el cuerpo.

-Así parece, cuanto tiempo a sido esta vez ¿Tres horas?

-Mn

Raiden y Rudra parecían hablar con normalidad ¿cuánto tiempo había estado dormido?

-¿Lo hacemos juntos de nuevo? Parece calmarlo más rápido

¿Hacer que?, se preguntó Shiva internamente cuando una de las grandes manos de Raiden, misma que se había mantenido descansando en su pequeña cintura se movió hacia su trasero, más precisamente a sus nalgas.

-¡Esperen!

Jadeo Shiva, su cuerpo dolía y si aquello iba hacia donde imaginaba realmente podrían romper su cuerpo en dos.

-¿Shiva?

Raiden miro hacia abajo, encontrándose con el rostro sonrojado del maximo dios de la India. El japonés nunca en su vida pensó que se calentará tanto por un hombre, es más en sus tiempos la simple idea de tomar a un hombre lo asqueaba, sin embargo ahora . . . Las expresiones llenas de placer y perdidas en lujuria que mostraba Shiva en todo el tiempo que llevaba con el y con Rudra ciertamente le habían hecho cambiar su perspectiva.

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