7

62 9 0
                                    

McCain dejó de estar tenso tan pronto como llegó a casa.

"Dios, es tan lindo."

Era tan lindo que no podía explicar cada uno de sus sentimientos ¿Realmente tenía veinticinco años? Se pellizcó la mejilla, preguntándose si estaba soñando o era la realidad.

"Dijo que estaba bien ser amigos, pero no puedo decir que yo sé que además es Bunny".

Inevitablemente, los amigos eran amigos y en los videos, solo eran "celebridad" y "suscriptor."

Fue cuando estaba bebiendo una lata de cerveza que "Ding dong ding dong." La alarma se encendió. Era la transmisión de Bunny. McCain dijo: "¿Qué debo hacer?" Es decir ¿Entrar y ver después de su cita era prudente? ¿O debería soportarlo? Lo pensó por un momento, pero ya había pasado un tiempo así que tal vez podía echar un vistazo. Solo uno pequeño. Cuando encendió la pantalla, vio a Bunny saludando como de costumbre. Ni siquiera se había secado el cabello.
 
[Quiero que alguien con manos grandes me toque, después de hacer que mi pierna quede sobre su hombro... Estoy seguro de que me mordería.]

Un hombre de manos grandes. Tan pronto como escuchó esas palabras, sin saberlo, McCain miró su propia mano. En el camino de regreso, recordaba haber sostenido su brazo y luego acunado sus mejillas para ver si tenía fiebre. Era lo suficientemente delgado como para casi hundirse contra sus yemas y tenía un cuerpo más esbelto que el de los hombres de su edad.

El deseo de tocarlo y abrazarlo creció mientras pensaba que su piel era suave.

Podía ver a Jinhong cambiándose de ropa mientras explicaba diligentemente lo que iba a hacer. Era tan dulce que definitivamente sintió que iba a tener una erección con solo tenerlo del otro lado de la pantalla y escucharlo hablar. Quería dejar una marca de dientes en la parte interior de su muslo, separarle las piernas y humedecer su ano con la lengua... Y mientras lo pensaba, apareció una piel que pareció ser terriblemente bonita. Tenía una mano sobre su pene y en la otra, los cordones de su ropa interior. Se frotó el perineo... ¿Utilizaría un consolador de monedas? Después de todo, había un juguete rosa junto a él.
 
[Umm...]

Había mucha fuerza en su trasero. Dijo que hoy estaba un poco rígido así que se levantó a la mitad y se mordió los labios mientras lo enseñaba. Luego, colocó un poco de gel en la parte inferior de su cuerpo y pareció hacer lo mismo con sus pequeños senos.
 
["Bebé, me pican los pezones..."]

Los suscriptores disparaban monedas como si fueran una locomotora fuera de control. Dijo "Jaja, muchas gracias" y comenzó a jugar con sus pezones nuevamente.
 
[Solo hago esto todos los días, así que, ¿Qué pasa si se aburren?]

Ante las preocupadas palabras de Jinhong, McCain dijo que "nunca se aburriría de él" y comenzó a disparar monedas como loco. Hoy, las manchas en sus mejillas lucían más prominentes así que recordó la manera inocente en que sus manos las habían sostenido antes de dejarlo en casa. Era celestial. Casi como si ya le perteneciera una parte de él. Y más aún, cuando Jinhong acarició suavemente su cuerpo con un toque que le hacía pensar que verdaderamente lo estaba haciendo en su lugar...

"Mis manos grandes funcionarán contigo..."

Dijo entre dientes. McCain agarró su verga rígida y en crecimiento y la barrió lentamente de arriba para abajo. Los calcetines hasta la rodilla, que llevaba Jinhong, se sentían más provocativos ahora que se había permitido fantasear ligeramente con él. Quería frotar su pene contra su muslo y meterlo en el agujero entre sus nalgas hasta hacerlo sofocarse.

Jinhong se frotó en la cama...

[Ah, ah, cariño...]

Ojalá pudiera llamarle "McCain", en lugar de "cariño". Esta era una locura, lo sabía, pero tampoco podía parar.

El chico detrás de la cámara: BunnyOnde histórias criam vida. Descubra agora