Dicen que en la vida de un Alfa, siempre llegan dos Omegas.
El Amor de su vida...
Y su alma Gemela...
Y aunque se podría pensar que es lo mismo, en realidad son totalmente diferentes.
El Amor de su vida será aquel que entrara en su corazón sin avisa...
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Yoongi recorrí las calles de su pequeña ciudad sin rumbo fijo, lágrimas aún se desbordaban por sus ojos, no sabía dónde ir, se sentía pésimo, todo un idiota.
Sintió como en su bolsillo su celular empezó a vibrar, así que se detuvo en un parque por el cual pasaba.
El alfa dejó su moto en un parking, fue y se sentó rápidamente en el césped, sin buscar una banca ni nada, lo único que quería era calmar su acelerado corazón, Y el dolor horrible que sentía en esos momentos.
Su celular tenía una llamada perdida, y antes de que pudiera regresar la llamada, su celular vibró nuevamente anunciando una llamada entrante de... "Mandarina"..
Yoongi hizo un puchero sin darse cuenta, y contestó la llamada, necesitaba demasiado en esos momentos a su mandarina.
—¿pizarrón estás bien?— escuchó la voz preocupada del Omega rubio, a través del auricular, el teléfono.
El Alfa pelinegro sentía que su garganta estaba seca, y que no podía pronunciar palabras.
—te necesito mandarina— contestó apenas El Alfa después de unos segundos de silencio.
Jimin lo entendía, de repente había sentido el malestar de Yoongi, su lobo llamándolo.
—aquí estoy Alfa, ¿Qué te pasa?— preguntó un poco más tranquilo.
—Quiero saber a qué hueles— Yoongi quiso cambiar un poco el tema, De verdad era algo demasiado doloroso.
—Mandarina— contestó jimín sonriendo, sabía que el alfa seguía triste. —mandarina— repitió El Alfa, mientras mordía su labio inferior, y dejaba salir de nuevo sus lágrimas.
—Yoongi confía en mí, sé que no te sientes bien— yo ni sabía lo que se sentía, el no poder desahogarse tan fácilmente. —Gracias por llegar a mi vida— Yoongi se sentía demasiado agradecido, Jimin había llegado justo cuando más lo necesitaba.
—aquí estaré, pase lo que pase— Jimin decía la verdad, Y si él podía ayudar lo haría. Además de que desde que hablaba con Yoongi se sentía un poco más aliviado.
El Alfa peli negro dejó salir sus lágrimas y el Omega pudo escuchar pequeños quejidos del otro lado de la línea.
—te quiero pizarrón, nada va a cambiar eso— confesó el Omega rubio, a pesar de que no se conocían, sentía un cariño por ese Alfa.
Un Alfa que alegraba sus mañanas con sus textos bromistas, sus fotos sexis, haciéndolo saber que aún tenía corazón.
—necesito mimos Omega— Yoongi se sentía tan débil en ese momento.
—Tu Omega te da lo que quieras Alfa— el lobo de Jimin hablando por él.
