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El viento se movía con tranquilidad ese día, parecía ser una muy buena señal para salir y disfrutar el día... Si no fuera por los Hilichurls claro.

Habían pasado 4 meses desde que Aether, el viajero y su compañera —y comida de emergencia—, Paimon, se habían ido de Mondstadt para seguir con su camino en toda Teyvat en busca de los 7 arcontes.

Todo estaba relativamente relajado con Mondstadt, problemas pequeños con los Hilichurls y los magos de abismo que aparecían por ahí pero no era nada de que preocuparse.

Y ahí se encontraba, en el Levantaviento encima de una de las grandes ramas de aquel árbol que le trae paz al arconte de el elemento Anemo: Barbatos, conocido también como Venti, el Barbaro.

Tomando desde un pequeño vaso un poco de vino de Diente de León con tranquilidad.
Estos últimos días habían sido totalmente pacíficos.

Se ganaba la vida como un bárbaro y iba a la taberna de Diluc para cantar y beber claramente, todo esto le traía una paz profunda y festejaba todo esto con un buen vino.

Nada fuera de lo habitual, ahora que lo pensaba, el viajero y Paimon debería estar ya en Inazuma; tal vez viendo el desastre que había hecho Ei en todo este tiempo.

No quería darle tanta importancia en esto y solo continuaba bebiendo como lo hacía normalmente, todo estaría bien si no fuera por que sintió una fuerza muy grande cerca suyo.

Era la misma que sintió cuando llegó el viajero a Teyvat. Pero esta, parecía ser específica... Al menos eso decía el viento.

—qué raro...—guardo la botella y el vaso en sepa cristo donde, mientras intentaba descifrar en donde venía dicha fuerza que se acercaba a él con fuerza.

Tal vez esto es una envozcada de un mago del abismo, pero no lo creía, son inteligentes no lo son tantos para hacer una gran fuerza como para ir por el solo.

Y ahora se lamentaba de no haber podido correr cuando tuvo la oportunidad.

Estaba en un agujero negro, hace ya media hora estaba ahí, siendo llevado a donde el destino quería y el viento ahora si que no sabía que decirle, estaba muy callado y era de esperarse aquello.

Sostenía con fuerza su única y probable defensa en ese momento: su lira sagrada que apenas entro al agujero esta apareció. Esto no le iba a gustar en nada a la creyente y monja de la catedral.

Se iba a quedar dormido, tenía muchísimo sueño honestamente. Pero luego, sintió un césped plano, o bueno, no era eso colo tal y como el lo pensó... Se sentía muy raro de verdad.

Ladeo su cabeza y visualizo su al rededor, ¿era acaso esto un reino abandonado? Que por favor si era eso, que no fuera Mondstat...

Palabras: 490

Este fic tendrá actualizaciones lentas y no tendrá como mucho más de 1000 o menos palabras. Dicho y hecho, se publica este fic.

El arconte que se perdió, otra vez.- Genshin x CRK. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora