12. Pijamada improvisada

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Dimos unos pasos más hasta que Itadori paró en seco. Todos nos giramos confundidos para verlo tirado en el suelo de rodillas y mirando al vacío.

-¿Y ahora qué le pasa a este?-preguntó Nobara moviendo su manos de un lado a otro.

-¿Yuji?-Megumi se acercó a él para darle un golpe en la frente.

Eso definitivamente lo hizo reaccionar.

-El coche.

-¿Te olvidaste algo en el?-pregunté.

-No-me miró asustado-, mi coche. Me olvidé mi coche-dijo en un susurro.

-No seas tonto, el auto debe seguir en el garaje-Megumi le dio otro golpe en la frente.

El teléfono de Yuji comenzó a sonar, el pobre palideció cuando vio que quien llamaba era Gojo.

-Contesta tú-me pidió.

-¿Por qué estás tan asustado? Gojo no...

-No es Gojo, es Nanami-le interrumpió Yuji a Nobara-. Gojo me regaló el auto, pero es Nanami quien me da permiso para conducirlo y tenerlo en casa. Si ve que no lo cuido seguro me lo quita. ¿Y qué haré yo sin mi coche?

-Usar el metro-respondió Megumi con obviedad.

-Ay ya, no lo molestes-regañé.

-Ay yi ni Li milistis-repitió con sorna.

-Himeko, contesta por favor-me puso el teléfono en la mano-. Dile que fui a un baño público a hacer mis necesidades y por eso te lo dejé para que me lo cuidaras.

Asentí alzando una ceja.

-Estoy segura que puedo inventar algo mejor. Veamos-respondí la llamada-. Hola tío.

-¿Himeko?-respondió Gojo, se lo escuchaba divertido-. ¡Hola hijita!-escuché a mi papá saludar y también a Akaashi pidiendole que no interrumpa.

-Oye, ¿Nanami está por ahí?-fui directo al problema. Yuji intento quitarme el teléfono, retrocedí un paso.

-¿Lo dices porque se olvidó el auto en el garaje?

-Si, aparecieron un montón de tipos con cámaras y repartieron preguntas raras-comencé a caminar hacia atrás mientras Yuji seguía con su intento de arrebatarme el celular.

Escuché una risita de parte de Gojo, seguramente lograba oír los quejidos de Itadori.

-Ya se acostumbrarán-se calló un momento-. Dile a Yuji que no se preocupe por el auto, ya lo mandé a tu casa con nuestro chófer.

-¿A mi casa?-Yuji y los chicos también adoptaron un rostro de confusión. Puse la llamada en altavoz.

-Si, nos ha surgido una invitación peculiar. Queremos ver que tan de fiar es el socio con quién firmamos hoy. Hemos decidido entre todos que lo mejor es que todos duerman en tu casa hoy, es la más cercana y es demasiado tarde como para tomar un taxi. Será como una de sus fiestas de pijamas de hace años-imaginé que sonreía-. Bueno, ya debo irme. Pasenla bien, mañana por la mañana iremos a recogerlos.

Todos nos observamos entre todos unos segundos.

-¿Y bien?

-¡Pijamada!-gritaron Nobara e Itadori, comenzando a saltar alrededor de Fushiguro y yo.

Creo que ambos estábamos muy cansandos y apenas logramos esbozar una sonrisa. O tal vez solo necesitábamos un vaso del vodka que mi padre tenía escondido en la cocina. Pero esperemos un rato más para que llegue a esa parte.

Tomamos un taxi y realizamos un viaje un poco largo (se supone que mi casa era la más cercana). Aún así, no nos sentimos en peligro ni nada porque estábamos todos juntitos en la parte trasera.

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