🍼Capítulo 3: ¡Seremos Padres!

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Cuando se levantó esa mañana a causa de las náuseas matutinas, se percató de algo justo después de estar inclinado vomitando en el váter de su departamento por unos minutos. Fue muy extraño darse cuenta de que por una semana completa lo había estado ignorando y parecía haber funcionado, pero...

¿Cuánto tiempo le quedaría antes de que le dijeran que ya no podía abortar?

Creía recordar que no podían ser más de tres meses, pero la verdad era que no tenía mucha noción de las etapas del embarazo. Jamás se imaginó embarazado, y menos en esas circunstancias.

Después de vomitar, se miró al espejo con una mueca, tenía los labios pálidos, se sentía cansado y quería volver a dormir, pero por alguna razón su mente viajo hasta lo que podría comer ese día y de imaginó un delicioso pastel de chocolate con nieve a un lado...

―Dios, ¿en qué estoy pensado? ―murmuró bajando la mirada.

Durante su ritual mañanero, pensó en lo que debía hacer en ese momento. Ya había llamado a un hospital que practicaba ese procedimiento la semana pasada, pero después de que le comentaron los detalles, simplemente agradeció y colgó.

Jimin sabía que estaba dejando pasar el tiempo con la excusa de que tenía mucho trabajo, y aún más ahora que Taemin no dejaba de enviarle mensajes cada vez que hacía lectura de nuevos casos más rápido que él. Y además, también empezaba a darle la razón a Taehyung con eso de que quizás Jungkook merecía saber que pudo haber sido padre a los veintiún años.

Unas horas después cuando entró a la cafetería del trabajo junto con su mejor amigo, observó al castaño sentado de manera solitaria en una mesa del fondo, suspiró sintiendo los nervios revoloteando en su cuerpo.

¿Qué carajos le iba a decir al mocoso ese?

Oye, Jeon, ¿recuerdas esa estúpida fiesta en la que tuvimos sexo en el baño de un restaurante? Pues déjame decirte que olvidamos utilizar un puto condón y un tiempo después me enteré de que estoy embarazado.

Cerró los ojos frustrado mientras caminaba detrás de Taehyung.

Era estúpido pensarlo, Jungkook era siete años menor que él. Si él sentía que estar embarazado era lo peor que le podía pasar en ese momento, ¿qué sentiría un chico que estaba aún haciendo la tesis para obtener su título universitario? Recién empezaba...

¿Qué tal si se desmayaba? O peor aún, ¿qué tal si le decía que ese bebé podría ser de cualquiera menos de él?

Si ese llegaba a ser el caso, Jimin no se responsabilizaría del golpe que le daría en la nariz. Más cuando Jungkook fue la primera persona a la que vio de forma deseosa después de que Taemin y él rompieron.

―¿Estás bien? ―cuestionó Taehyung pasando una mano frente a sus ojos para llamar su atención.

―Esto es un maldito desastre, Taehyung ―murmuró recibiendo en su charola la porción de comida diaria que les daban para desayunar. ―No me puedo concentrar y el idiota de Taemin ya me ganó un caso, va adelante de mí...

El pelinegro suspiró, pues sabía que la mente de su mejor amigo era un caos desde que se enteró del bebé. Él había estado ahí para cubrirlo algunas veces cuando llegó a sentirse mareado, pero sabía que también se debía a que eso le estaba comiendo la cabeza.

Jimin no era alguien fácil de intimidar, y ante cualquier situación desde que estaban en la universidad, tenía unos nervios de acero admirables.

Pero si había algo que aterrorizaba al azabache, era tener hijos.

Sabía que Jimin no creía que fuera capaz de manejar algo más que su carrera profesional y su ambición económica y prestigiosa.

Pero eso también era extraño, porque Taehyung hubiera pensado que quizás para ese día, Jimin ya ni siquiera iba a estar embarazado.

My Lawyer, My Lover 𐦍 KookMinWhere stories live. Discover now