❦ 𝐄𝐱𝐭𝐫𝐚 𝟏𝟑 ❦

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Unos cuantos días habían pasado, sus días volvieron a la normalidad. Bin en su trabajo, Dong Min en el hospital. Con estrés, frustración y molestias en ocasiones, pero nada que una buena cena romántica después del trabajo no ayudara.

Nuestro alfa se había encargado de llenar de detalles sus mañanas, de caricias y palabras dulces a su amado; y de llevarlo cada noche a cenar fuera de casa. Solo ellos dos, sin sus hijos, para revivir aquello que estuvo en peligro de apagarse por completo.

Y los chicos lo entendieron perfectamente, sus padres se habían notado raros y los menores terminaron por decirles.

—La verdad, por nosotros mejor que salgan todos los días.

—Lo menos que queremos, es que se separen o tengan problemas grandes.

—¿Creen que realmente lo necesitamos?— preguntaron frente ellos.

—Diría que sí, han pasado un tiempo distante y odiaría que mis padres se separen— dijo Youngjae. —Solo quiero que puedan envejecer juntos y se sigan amando como todos estos años.

—Pienso igual que Jae, de todos mis amigos soy la única que tiene padres estables. Reparen lo que quieran, tómense su tiempo, pero no vayan a divorciarse.

Las palabras de sus hijos los tomaron por sorpresa y recapacitaron. La monotonía no es buena y lo tuvieron que entender de la peor forma.

—Para nada, bebés, su padre y yo nos amamos mucho, solo pasamos por una prueba dura.

—Así es, Minnie y yo estamos muy enamorados aún, nunca duden de que sus padres se aman.— explicaron a los chicos que al final terminaron abrazando a sus padres como si fueran cachorros pequeños.

Ahora el pelinegro podía estar tranquilo, sabía con certeza que su esposo lo amaba de la misma forma en la que él lo hacía y que nada, ni nadie se lo podrá arrebatar de su lado.

Luego de que Bin le explicara porque había hecho todo aquello que en su momento lo molesto y lo hizo sospechar, se sintió como un idiota y exagerado, pero ¿Qué más se puede hacer cuando sientes que estás perdiendo a la persona que amas?

Primero que todo, Bin lo había dejado de tocar porque quería darle su espacio. En un cierto punto, el alfa sintió que estaba invadiendo mucho su espacio y que solo tal vez, se aprovechaba de su condición para tener sexo.

Hablaron de que sintió que poco a poco se alejaba de él y ya no quería pasar tiempo con él. El alfa le dijo que lo hizo porque lo había notado cansado y quería asegurarse de ayudarlo con la tarea más difícil que era la de cuidar a sus hijos.

—Te veía tan ojeroso, sin ánimos y también que te dormías al instante. Yo solo quería que descansaras, que mi presencia no te molestara e inclusive hablé con los niños para que se levantaran más temprano y así salir antes de que te levantaras.

No le dijo nada al respecto, más que cuando hiciera algo así, le avisara y así no pensar mal.

Por supuesto, el tema más intrigante. Las rosas que tenía Taeyong aquel día donde sintió su mundo desmoronarse y aunque le haya explicado en partes, no le quedaba claro.

Todo fue un mal entendido, en realidad, Bin luego de aquella llamada con él, pensaba en adornar su oficina o al menos, hacer algo especial para el pelinegro ya que se acercaba su cumpleaños y últimamente ya ni pasaba con él.

Lo que quería era entregarle ese ramo de rosas, ponerle una corona en su cabeza y tratarlo como a un rey mientras se iban al restaurante donde su secretario había hecho rápidamente la reservación.

—Mi error fue no decirle a los niños y sin tan solo ellos hubieran sabido, te hubieran retenido y todo habría salido a la perfección, pero es obvio que no fue así y Lee con sus... Problemas, terminó por decirte eso. 

My Sweet Baby |❦︎| BinwooWhere stories live. Discover now