𝐋𝐈𝐍𝐃𝐎𝐒 𝐎𝐉𝐎𝐒 𝐕𝐄𝐑𝐃𝐄𝐒 HP

𝐄𝐋 𝐌𝐄𝐃𝐈𝐂𝐎 𝐅𝐑𝐀𝐍𝐂𝐄𝐒

La ambulancia ingresó al hospital de San Mungo, ya las esperaban un con una camilla preparada y varios medimagos.

––Avancen!!––Gritó un Doctor y la camilla flotó.

Hermione fue retenida por una enfermera.

––Lo siento Doctora Marie debe ingresar a desinfección––

Dentro de cuidados intensivos apareció Adrian. ––¿Que tenemos...––Se calló al darse cuenta que era Lily.

––Llevenla a la sala 3––Gritó la orden sintiendo una pesadez en su pecho.

Al llegar Adrian colocó a la niña en una cama y conectó el oxigeno del hospital, comenzó a checar sus vías y su estado.

Sentó a la niña que luchaba contra el dolor––Perdóname Lily––Dijo antes de darle una gran descarga en su espalda.

Lily no podía gritar y solo derramaba lágrimas por sus ojitos verdes, ella conocía esos, perdóname del Doctor Adrian. Dolían mucho.

Hacía mas de dos años que esa era la rutina al llegar al hospital. Ya no podía sentir el olor del desinfectante. Se había acostumbrado demasiado a él.

Adrian giró hacia la izquierda a Lily pasando un escaner.

Evelyn, la enfermera sacó rápido una aguja grande y la introdujo en la columna mientras Hermione ingresaba a la sala y sostenía la pequeña manita de su hija.

Adrián recabó líquido espinal y corrió al laboratorio.––Dejen lo que estan haciendo.––Gritó al ingresar al laboratorio mostrando el frasco que llevaba.

El laboratorista lo tomó rápidamente con pesar y lo puso en un microscópio. ––Lily?––Preguntó con algo de tristeza.

Adrián asintió con pesar.
Él vió crecer a Lily, también la vió en sus peores momentos desde hace dos años.
Entraba y salía del hospital con bastante frecuencia con una rara enfermedad que nadie conocía.
La niña había vivido casi toda su vida en un hospital postrada sin poder caminar.

Adrián estaba enamorado de Hermione, su colega. Pero sabía que ella solo tenía ojos para su hija.

Entonces Adrián se conformó con el tiempo que pasaban juntos en sus rondas o sus pequeñas bromas y risas.

––Doctor Pucey––El laboratorista lo llamó

––Lo siento, se esta deteriorando muy rápido––Comentó con tristeza.

––¿Cuanto mas rápido?––Ashton preguntó temiendo la respuesta.

––El triple, cada crisis será peor que la anterior hasta que...––
No lo digas gritó Adrian de rabia e impotencia.

Adrián Pucey era un medimago especializado en niños. Pero nada de aquellos logros lo hacía sentir bien, no podía encontrar la enfermedad de Lily.

––Doctor Pucey, hay un Doctor Frances que estudia enfermedades raras.––Brooke una enfermera intervino.

Adrián la miró como si tuviese tres cabezas.––¿En dónde lo podemos contactar?––Dijo esperanzado.

––Leí que trabaja con el Hospital San Lucano, pero que su agenda esta llena.––Brooke dijo recordando el artículo médico.

––Su nombre–– Adrián pidió.

––Mmmm, tiene un nombre extraño y apellido igual de extraño. Mmm deje voy por el artículo.––Brooke se levantó y corrió a la oficina de descanso.

Tomó la revista y regresó corriendo al laboratorio.––Aquí esta, hasta sale en la portada y todo, muy guapo––Brooke le puso la revista en sus manos y Adrián maldijo.

Adrián se pasó una mano por el cabello realmente incómodo.

––¿Lo conoce?––Brooke preguntó con una sonrisa.

––Fuimos juntos a Hogwarts unos años.
Gracias Brooke, te debo una––Adrián salió hacia la habitación de Lily Granger.

Hermione checaba los aparatos conectados a su hija.

Lily se había quedado dormida por cansancio.

No había tenido una crisis en una semana por eso asistió a aquella dichosa fiesta. Gracias a Dios y a Harry había regresado para estar presente cuando sucedió.

Mientras que ella se dedicó a la cirugía y se enfrentaba a la enfermedad de su hija, luchando por sacarla adelante cada día con la ayuda de Adrián Pucey además de un par de sus amigos de la escuela.

Sus padres ya no estaban y solo le habían dejado la casa donde creció y algo de dinero en un banco.

Nunca creyó que ellos le faltarán en el momento mas dificil de su vida.

Suspiró activando la pantalla azul de su pulcera.

Tenía que pensar que era lo que haría para atraer la atención de Draco Malfoy.

Necesitaba que él viera a su hija. Lo necesitaba con tal desesperación.

––Herms––Adrián la llamó.