𝐑𝐄𝐂𝐑𝐈𝐌𝐈𝐍𝐀𝐂𝐈𝐎𝐍𝐄𝐒

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Hermione se levantó con renovadas esperanzas y sacó la y comenzó a redactar una carta de desesperacion y esperanza.

Harry llegó a su casa y salió del auto. Se sentía un completo idiota.

Entró a su casa que antes fuera de sus padres y se dejó caer en el descansillo.

Hacia 5 años ellos habían asistido juntos a una fiesta de la Escuela y terminaron tan ebrios que se acostaron en el primer hotel que encontraron.

La mañana siguiente Harry se había despertado con Hermione sobre su pecho. Desnudos y con las sabanas enredadas en sus cuerpos.

Se había asustado y se levantó inmediatamente. Se casaría en 6 meses con Ginnevra.

Cuando ella despertó encontró una nota que decía...

"Esto no significó nada. Ni siquiera me acuerdo lo que hicimos. Me casaré en 6 meses. Y solo una cosa te pido. No me contactes. Tu y yo nunca debímos hacer esto."

Harry se llevó las manos a la cara y lloró.

Ginnevra le había mentido, dijo que ella era una golfa que se acostaba con medio mundo y las fotos de los periódicos apoyaban su mentira, donde ella salía con hombres, comiendo en restaurantes o tomando en bares.

Había deseado fervientemente creer que no tenía nada que ver con aquél embarazo porque amaba a Ginnevra con locura y no quería perderla.

Decidió creer la mentira. Y cuando llegó aquella carta llegó, el no pudo mas que borrarla. Donde solo una linea lo puso mal.

"ES UNA NIÑA."

Harry en ese entonces creyó que Adhara lo quiso embaucar con la paternidad de un bebé que no era suyo. Apesar de todo él creyó las mentiras de Ginnevra.

Pero esta noche, al ver aquella niña, todo su ser clamaba por decirle soy tu padre.

Pero que le diría. Soy tu papá y abandoné a tu mamá cuando te esperaba. O que tal, ni siquiera recuerdo cuando te concebimos.

O la peor de todas "me enteré que era padre pero decidí ignorarlo."

No podía dejar de ver aquellos ojos verdes que lo miraron por un momento. Aquellos mismos ojos que su madre Lily, le heredó.

Esos ojos que develaban el dolor que su portadora sentía.

Muchas veces soñó con ser padre, y tuvo muchas peleas con Ginny por ello.

Su esposa estaba mas interesada en lucir los caros vestidos en las fiestas y las lujosas joyas que se apuraba a comprar en las joyerías de moda.

Ahora su esposa estaba embarazada, pero por muchos años ella lo único que tenía en mente era gastar su dinero.

Se dió cuenta que había cometido un error con Ginnevra y que de la mujer que se enamoró solo era una ilusión, pero ya estaba su hijo de por medio.

¿Porque no creyó en aquellas líneas que rápidamente eliminó? ¿Porque insistir en un matrimonio sin amor? ¿Porque crear un bebé en esas condiciones?

Se dejó caer en aquella alfombra Beish que su esposa se empeñó en tener y lloró.

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Adrian ayudó a enviar la carta que Adhara redactó, esperanzado de que Draco Malfoy aceptara tan siquiera ver a la niña.

Él amaba a esa niña como si fuera suya y le dolía en lo mas profundo verla postrada en esa cama sin poder ser una niña normal.

Sin poder verla correr ansiosa por comprar los dulces que deseaba o trepar árboles llevada por otra amistad.

Incluso respirar el aire normalmente.

Lily era muy inteligente y observadora igual que su madre, a sus escasos 4 años tenía conversaciones tan profundas como de un adulto y el ánsia del conocimiento.

Ella sabía que él amaba a su madre y en ves de ser celosa de ella lo animó a que la cortejara.

Había dicho en sus propias palabras mamá va a necesitar a alguien a su lado cuando yo no esté.

Adrián se había quedado de piedra en aquella ocasión. Se había maldecido mil veces por no hacer su doctorado en investigación.

Aquella bella niña de ojos verdes había aceptado su muerte con estoisismo.

Lily les daría una conferencia a los demás doctores que rondaban en el hospital.

Para ella era común recibir las visitas de los residentes y ser picada en sus brazos para el suero.

Lily jamás se quejó de ello en el pasado, pero ahora, ahora lo que Lily deseaba era descansar.

Adrián lo entendía. Vivir casi toda tu vida llendo y viniendo del hospital puede quebrar a cualquiera.

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Draco se hallaba en su laboratorio privado en la Villa Francesa. Estaba arto de los estirados y aristócratas que pedían su ayuda.

Y aunque ganó fama y dinero no lo llenaba. ÉI quería ayudar a la gente.

Salió de ahí y se dirigió a su casa a unos cuantos metros. Su madre lo estaba esperando con lágrimas en sus ojos y con la pantalla azul en su mano.

––¿Malas noticias?–– Draco preguntó al llegar a ella.

––Las peores. Draco, tienes que leer esta carta––Narcissa su madre se la extendió.

––Otro aristócrata?–– Draco alzó una ceja y Narcissa negó ––Leela hijo, por favor.––

Draco tranfirió la carta a su pantalla azul, le dió un beso a su madre y subió a su habitación completamente cansado.

Después de unos minutos se metió a la ducha.

Realmente estaba harto de los ariatócratas.

No hacían mas que alabarlo por algo que sencillamente podría hacer otro doctor.

Estudió enfermedades raras para no tener que verles la cara a aquellos que empujaron a su padre a la muerte.

Aun así, ganó dinero y levantó el apellido de la familia.

Cerró la llave del agua y empujó la puerta de cristal.

Recordó a su ex esposa cuando la cámara de aire se activó.

––¡Apagar aire!––dijo con voz enérgica.

No entendía la necesidad de tener aquella cámara.

Tomó una toalla y se secó.

Se miró al espejo con aquel semblante demacrado de días sin dormir.

Necesitaba por lo menos dos días de descanso para reponer ese semblante ya pálido por la herencia familiar.

𝐋𝐈𝐍𝐃𝐎𝐒 𝐎𝐉𝐎𝐒 𝐕𝐄𝐑𝐃𝐄𝐒 HPWhere stories live. Discover now