Lágrima de Luna (Versión Wattpad) #PGP2024

II - Una nueva identidad (Parte 1)

-espero que sepan que fue un accidente.

Escapamos lo antes posible de la casa hogar, sin que nadie se diera cuenta de lo que había sucedido. Úrsula me apresuro, sin darme más tiempo que de agarrar unas pocas pertenencias y ponerla en la mochila de la escuela. Nos escabullimos del edificio sin llamar la atención, ya que todas acostumbraban vernos pasear por los pasillos juntas, pero no tardarían mucho en notar nuestra ausencia, de la madre superiora y las otras tres hermanas del hogar, que aun yacían inmóviles cuando salimos huyendo sin saber realmente qué hacer. Me mantuve en completo silencio, mientras intentaba salir del shock. ¿Realmente hice magia? Mi vida entera había creído que las cosas que me pasaban, las auras que veía, la gente que me hablaba, que creía que existían en este plano, todo lo que sentía a mi alrededor, eran normales. Sin embargo, se lo contaba a Úrsula, que me hacía prometer no decirle a nadie, jurando que eran cosas que a todas nos pasaban. Me había mentido todo este tiempo, pero ¿Por qué?

En un arranque de ira, había lastimado a personas comunes, y a partir de ahora tendría que aprender a controlarlo, de lo contrario...

Fue cuando me di cuenta que ya no había marcha atrás, no solo por descubrir la magia que habitaba en mí, sino que usarla en contra de una persona no mágica se castigaba con la muerte. No sabía de otra persona mágica que hubiera nacido con su tercer ojo abierto, por lo que no tenía conocimiento de lo que harían conmigo si me encontraban.

-¿a dónde estamos yendo? -le pregunté a Úrsula, quien había apresurado su paso y me costaba seguírselo.

Ya se había calmado un poco, aunque se la notaba sumamente nerviosa. Tenía una mirada decidida, ya no lloraba, y caminaba erguida, aparentando que todo se encontraba en orden.

-¿a dónde crees? -me respondió en susurros.

-lo que creo no me gusta. Dime, por favor, que no me estas llevando a la ciudad de las brujas.

Ella me chito, cortando la conversación.

-aun no, mi niña.

Ya nos habíamos alejado del hogar y nos adentramos en un camino de tierra que llevaba a las afueras del pueblo, pero era cierto que aún podían encontrarse personas, que paseaban disfrutando del calor del sol, en la entrada del bosque que dividía ambas ciudades.

-¿a dónde más quieres ir después de lo sucedido? -me dijo, finalmente- ¿Cuánto esperas que esto se pueda mantener en secreto? Las autoridades nos estarán buscando en unos instantes, debemos ocultarnos antes de que sea demasiado tarde.

Empezó a sacarse el hábito y lo hizo un bollo, escondiéndolo en el hueco de un gran árbol. Debajo de este, llevaba una blusa rosada de cuello redondo y una pollera floreada, no era la primera vez que la veía sin su usual hábito blanco y negro, pero siempre me sorprendía lo bien que ocultaba su figura atlética y voluptuosa. Se desató su melena castaña llena de bucles, despegándose totalmente de su identidad como monja de un convento, sin lugar a dudas era una mujer hermosa. Escondió su rosario debajo de la blusa y siguió caminando aún más decidida, fue en ese momento que caí en la cuenta de que para ella tampoco había un regreso.

Nos adentramos más y más al bosque, siguiendo el camino serpenteante en completo silencio. Pude observar que allí, mientras más nos acercábamos a la ciudad de las brujas, incrementaba la cantidad de especies de animales y de plantas. Entre ellas había rosas silvestres, jazmines, jacintos y hasta parras de jade, pude distinguirlas, no gracias a las clases mundanas, sino por el tiempo que pasé con Úrsula en los jardines del hogar. Los pequeños y curiosos animales nos observaban desde las copas de los árboles que se hacían cada vez más alto mientras más avanzábamos, había roedores y búhos conviviendo en armonía, además pude observar un zorro colorado cerca de un par de liebres. Había un aura mística en el ambiente que te llenaba de paz, pero aun así no me gustaba la idea que tenía Úrsula, así que intente hacer que recapacitara.