especial navideño con bajo presupuesto

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El ship q salió fue el mexper :)



Miré por última vez la mesa. Todo estaba en su lugar: los cubiertos, vasos, platos, copas y, sobretodo, la comida.

Admiré mi esfuerzo mientras esbozaba una sonrisa orgullosa. Ahora tenía que esperar a que Mexi llegara, según lo que me dijo, el centro comercial estaba atestado de gente y el tráfico era mierda.

Le serví comida a Paco y a Germán, subí las escaleras y empecé a decidir mi outfit.

Abrí las puertas del clóset y empecé a buscar la ropa más apropiada para la ocasión. ¿Un terno? Esa vaina pica como la mierda. ¿Un sweather? Será para que me ase de calor. ¿Un poncho? Podría ser, pero no tengo uno de temática navideña.

Suspiré resignado. ¿Por qué todo me queda mal?

Chucha, debí comprar ropa para esta ocasión en vez de solo zapatillas.

Seguí buscando, y felizmente (gracias a Pinterest), logré encontrar encontrar el outfit perfecto. Era simple, pero bonito.

Guardé la ropa y saqué la cajita con el anillo, con suma delicadeza.

Bajé las escaleras, con el regalo en mano. Hoy era un gran noche, no solo noche buena, sería la noche en la que le pediría matrimonio.

Miré el reloj, faltaban 10 minutos para que llegara.

Estaba muy nervioso.

•••

—¿Y si me rechaza? O aun peor, ¿qué pasa si me termina y-

—No te va a rechazar —dijo Japón, la había llamado por mis nervios excesivos—. El te ama Perú, estoy segura que dirá que si.

—No lo sé —murmuré—. Yo lo amo, pero no sé si él esté listo para dar un paso tan grande como este.

—Créeme, él está más que listo, lo que me sorprende es como el no ha dado este paso.

—¿En serio? Yo... —escucé el tintineo de las llaves y la puerta siendo abierta—. Chucha, el csmr ya llegó. Te llamo después.

—¡Usen protección! —colgué mientras me sonrojaba.

—¿Perú? Ya llegué chikistrikis —dijo mientras dejaba las bolsas de regalos en el sillón.

Yo puedo, si a Bolivia no lo rechazaron, a mí menos.

Lo salude y nos dimos un beso.

—Ya preparé la cena —dije, orgulloso, mientras caminábamos hacia el comedor—. Es una cena especial, tiene gastronomía mía y tuya.

—¡Se ve increíble!

—Obvio, lo hice yo.

Tomamos asiento y empezamos a degustar la cena, hablamos de cosas triviales, bromeamos acerca de ONU y lo gay que se veía en su terno, como USA y Rusia vivirán su "enemies to lovers".

Cuando terminamos de cenar recogimos los platos y los dejamos en el fregadero. Mientras colocábamos las copas de vino para el brindis en la mesa, supe que era el momento.

—Oe —dije, mirándolo—. Mexi, tengo algo importante que decirte.

—¿Se puede saber que es perusito? —dijo con una sonrisa en su rostro, ya estábamos sentados en la mesa—. Como me digas que lograste sacar a la Dina esa de la presidencia, te juro que te hago una fiesta wey —dijo riendo, mientras me servía un poco de vino.

—De hecho es algo más serio.

Su semblante se tornó preocupado.

—No es nada malo, amor, yo... —suspiré, yo puedo—. Hace tiempo que lo venia pensando, me daba miedo al principio la sola idea de que me rechazaras porque —me levante de mi asiento y me arrodillé frente a él—. No podía imaginarme un futuro en el cual tu no formabas parte de mi vida, de mis pensamientos, de mis emociones, te adueñaste de mi mente y corazón, te esforzaste en no rendirte cuando yo era tremendo huevonazo al principio—. él soltó un risita y el sonrojo en sus mejillas se hizo aun más visible—. A lo que me gustaría llegar es que todas esas tardes viendo películas o cuando me curabas después de las peleas o incluso la vez en la que casi destruimos la cocina de Ecuador por nuestro concurso, las tardes escuchando Arctic Monkeys y Soda Estéreo, son pruebas de que nuestro amor es la cosa más preciosa que he vivido. Me gustaría decirte lo mucho que te amo Mexico, pero las palabras no son suficiente, no hay adjetivos para describir lo que siento por ti, y yo sé que no soy bueno dando discursos románticos así que iré directo al punto.

Suspiré. Era el momento.

—Estados Unidos Mexicanos, o mejor dicho, Mexi, ¿te casarías conmigo?

Me miró a los ojos, su mirada penetró hasta lo más profundo de mi alma, y

Empezó a reír.

De manera escandalosa, solo como el lo hacía. No entendía nada hasta que saco algo del bolsillo de su blazer, al principio me costó distinguirlo pero me di cuenta de lo que era.

Una caja. Una caja con un anillo.

—PURÉ YO TE QUERÍA PEDIR MATRIMONIO PRIMERO —gritó muriendo de risa—. ¿Puedo pedírtelo ahora?

—¡No! —respondí, sin creerlo—. ¡Yo te gané huevón!

—Entonces, ¿puedo besarte?

—Eso no se pregunta —lo atraje hacia mi, estampando mis labios contra los suyos.

Aquella noche fue perfecta, y fue la mejor Navidad que tuve y tendré siempre.

ᴡᴇᴀꜱ ᴅᴇ ʟᴏꜱ ᴄᴏᴜɴᴛʀʏʜᴜᴍᴀɴꜱ  (resubiendo)🧃Where stories live. Discover now