Capítulo 14

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Desde que tú llegaste

Desde que tú llegaste, curaste una parte de mi corazón, esa abertura que aún me costaba suturar

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Desde que tú llegaste, curaste una parte de mi corazón, esa abertura que aún me costaba suturar.

Desde que tú llegaste todo ha sido más sencillo, porque basta tenerte cerca para que lo inalcanzable se vuelva posible.

No te miento, desde que estas aquí mis días son menos cansados; la rutina ya no pesa como solía hacerlo y la emoción aumenta cuando sé que te volveré a ver.

Porque desde que tú llegaste también lograste cambiarme la vida.


- ¿Ya? – pregunta impaciente.

- Cállate que me pones nerviosa.

- ¿Cuándo llega José Luis? – dice sentada en la orilla de la cama.

- Sale hoy en la noche, llegara en la madrugada – sale del baño.

- ¿Y?


Altagracia se quedó inmóvil frente al pequeño dispositivo que sostenía en sus manos temblorosas. Las líneas rosadas en la prueba de embarazo anunciaban una realidad que tardaría tiempo en asimilar. Sus pensamientos se convirtieron en un torbellino de emociones cuando comprendió que aquel encuentro con José Luis había dejado una huella más profunda de lo que imaginaba.

El latido de su corazón resonaba en la habitación mientras miraba a su amiga que estaba sorprendida. Las lágrimas amenazaban con emerger, pero Altagracia luchó por mantener la compostura. Una mezcla de sorpresa y miedo de apoderó de ella, formando un nudo en la garganta.

La mente de la abogada se llenó de preguntas sobre el futuro

¿Cómo cambiaria este embarazo su vida y sus planes a futuro?

¿Qué tan seguro era traer una vida a este mundo y bajo las circunstancias en las que vivía?

Había pasado un mes desde que tomaron el caso de Emma y aun no lograban resolverlo. No había tenido ningún altercado referente a León, pero sabía que el peligro aún estaba latente.

La conexión con José Luis se tornaría más significativa con la noticia, y la incertidumbre se mezclaba con una chispa de esperanza. Sabía que tenía que compartir la noticia con el moreno de inmediato.


- Vas a ser mamá... - susurra - ¡Amiga! ¡VAS A SER MAMÁ! – se emociona yendo a abrazarla.


La rubia seguía en shock. Hacía más de tres años lloraba la pérdida de un hijo y con el paso del tiempo comenzó a llorar la pérdida de su sueño pues, todas las veces que intentó procrear vida con León, nunca pudo hacerlo.

Ahora era una realidad y aunque quizás no fuera el momento más óptimo, ella se encargaría de hacer que ese pequeño ser que comenzaba a formarse en su vientre, llegara sano y salvo a sus brazos.

InefableWhere stories live. Discover now